En relación con El Valle de los Caídos, me mueve de nuevo a escribir sobre él la tormenta desatada por la polémica y poco aclarada entrevista entre el Secretario de Estado del Vaticano, Monseñor Pietro Parolín, y la Vicepresidenta del Gobierno Español, Carmen Calvo. Una entrevista difícil de calificar, pues se eludió la representación diplomática y la ministro española ignoró la obligada etiqueta en su vestir.
Dejaré para más adelante otros significativos detalles de la reunión, haciendo ahora mención a la polvareda levantada por las declaraciones de la Sra. Calvo y su inmediata corrección por parte del Vaticano. La Ministro de Presidencia no esperó a la nota oficial del mismo e introdujo aseveraciones que la oficina de prensa romana se apresuró a corregir. Y, lógicamente y en perfecta sintonía, el Arzobispo de Madrid, Mons. Osoro, concretó que el problema de la exhumación (profanación) de Franco y su nueva inhumación concierne solo a la familia del Generalísimo y al Gobierno.
Pero es llamativo el hecho del enfado del Arzobispo ante la interposición de un obligado recurso del Prior del Valle, muy ajustado a derecho canónico, en relación con graves defectos del “Decreto Ley de exhumación de Franco”, en lugar de apoyarle, y el hecho de que la COPE (Cristina López Schlichting) difunda la falsedad de que “el Prior no tiene jurisdicción en la Basílica, que sólo es competencia del estado”. También lo es la sobrevenida, y fuera de fundamento, negativa de Osoro a que la posible inhumación se haga en la sepultura de la familia Franco en la Catedral de la Almudena. Y todo ello teniendo en cuenta el no encubierto chantaje de la política expropiatoria de templos (posible revisión de los bienes raíces que la Iglesia de España disfruta todavía como inmatriculados) y aumento de presión fiscal sobre los mismos (IBI), por no hablar de las propuestas de derribar la más grande Cruz del mundo, detalle este último sobre el que pasan las jerarquías eclesiásticas como si no existiera o no tuviera relación con ellas.
La iglesia católica, pues, por boca de sus altas jerarquías, se inhibe de las responsabilidades que tiene como garante de que en sus templos, y más si son basílicas pontificias, se respete la ley positiva y natural, pues el Gobierno español pretende pasar por encima de ellas, y de la voluntad de la familia y la comunidad benedictina, olvidando la justa defensa de aquel insigne católico ejemplar, al que tanto deben, y de su familia.
Pero, en ese oscuro y trágico entorno, me ha llamado mucho la atención las fotos oficiales de la entrevista. Para muchos observadores informados, los saludos que recogen dos fotos de momentos distintos reflejan saludos inequívocamente masónicos. Y otro más detalle, en ambas imágenes se refleja que el Cardenal Parolín esconde el crucifijo que pende de su cuello. Recordemos que el Secretario de Estado del Vaticano fue invitado a la última reunión del Club Bilderberg.
Es sabido que en la masonería las señales, signos y saludos ó “toques”, para reconocerse sus miembros entre sí y para su uso en los rituales, han tenido gran importancia y vigencia a lo largo del tiempo. Otra cosa distinta es que conserven toda su vigencia en esta época en que el secretismo es aparentemente menos necesario pues casi todos los países “occidentales” toleran e incluso impulsan estas sociedades que ahora se precian de ser solo “discretas”. También pueden utilizar otros complementos del vestuario o adornos que permitan reconocerse a distancia. Además, en esta época de avances electrónicos e informáticos, no sería raro que hubiera alguno que permitiera el reconocimiento entre “hermanos”, por ejemplo por medio de mensajes o avisos a través de los teléfonos móviles.
Los más antiguos tipos de Toques ó saludos masónicos se establecieron en el origen de la masonería especulativa hace tres siglos (ver en internet, y dentro del “museo virtual de la historia de la masonería” de la UNED, el documento Jaquín y Boaz ó La Auténtica Llave de la Puerta Hacia La Masonería; impreso por W. Nicoll en el Molinillo de Papel, en St. Paul’s Church-Yard, Londres, MDCCLXII). Pues bien, en ellos y casi sin ninguna duda, se puede encontrar la descripción exacta de lo reflejado en las fotos oficiales de la entrevista en cuestión: Parolín hace el Toque de Pase ó Saludo TUBALCAÍN (descendiente de Adán que dio origen al mito de Vulcano) colocando el pulgar en el espacio entre el segundo y el tercer nudillo de la mano derecha de Calvo, mientras que ésta presiona con fuerza entre el segundo y tercer nudillos del cardenal, el Toque de Pase Saludo SHIBBOLETH (Santo y seña).
Sin duda, algunos de estos elementos de reconocimiento siguen en vigor, tanto para el reconocimiento mutuo entre las personas que los intercambia como para los que contemplan las fotos o reportajes que los recogen. En este caso sirven para que los iniciados de todo el mundo estén al tanto de la condición de quienes, por ejemplo, se dan la mano.
Lo que no tenemos que tener ninguna duda es que personajes públicos de tan elevado nivel, muy formados de por sí y permanentemente asesorados por sus secretarios e instructores de imagen, si hacen ante las cámaras esos signos reiterada y públicamente es porque quieren que los mismos queden grabados y sean transmitidos.
Al lector queda interpretar esas imágenes y valorar los signos que se muestran en ellas, incluso venciendo el pánico al precipicio que abren.
Toque de Pase ó Saludo SHIBBOLETH (Santo y seña). La mano se toma como en un apretón de manos ordinario y el masón presiona con la parte superior de su pulgar contra el espacio entre el primero y segundo nudillo o falange su compañero masón, quien hace lo mismo.
Toque Real ó JACHIN (ó Jakin/Jaquín; significa dios ha establecido) El toque de Compañero se hace apretando con el pulgar sobre la segunda falange o nudillo.
Jaquin y Boaz son las columnas de los templos masónicos. El Generalísimo Franco se inspiró en ellas para su seudónimo Jackin Boor