El pistolerismo no ha terminado

El reguero de pólvora que ha dejado el pistolerismo en España sigue su curso por otros caminos, pero continúa. Otegui es el último exponente de ese terrorismo dirigido ahora por la vía institucional. Y bien aprovechado por otro depredador, aunque con corbata y traje de Armani. Los dos han jugado a destrozar la geografía de España, el concepto de unidad política y moral, la verdad histórica, el sacrificio de generaciones y hasta la carcasa del intelecto y la cultura ontológica de un pueblo secular.
El primero ha sido Otegui, y el segundo Sánchez. Pero ¿son sólo éstos? El clamor y el dolor que produce el plomo de las pistolas no ha sido más que un factor de resonancia mayor para dar cobertura a un proceso general de acabado del ser español, que muchos «ilustrados» han decidido que es el mejor para entrar en los terrenos del «gran constructor del mundo». Éste se apodera de las mentes políticas que van ocupando puestos con responsabilidad pública, y desde el primer momento les hacen un examen de conciencia: el aborto es bueno, separar la sexualidad de la fecundidad, también; la autodeterminación es palabra de Dios, aunque sea para discutir la soberanía de un pueblo de 500 habitantes; la gesta americana de España fue un expolio; Franco y su obra gigantesca, salida de la nada y sin dejar deudas, es un producto «fascista», palabra de nuevo cuño dialéctico que sólo tiene a día de hoy un significado: negación de cualquier vestigio de recta organización moral o política, oposición a cualquier sentimiento religioso de carácter católico -no así a otros, aunque sean luteranos, musulmanes o de la cienciología- o de simple mirada al pasado, sin telarañas visuales, para no repetir errores, incluido los de sangre. Y no digamos si te muestras no ya contrario, sino escasamente receptivo, al fenómeno social LGTBI.
Todo es pistolerismo, no seamos incautos
El que la sangre no corra a raudales por las calles de España, o del extranjero, producida por la animalidad de pistoleros euskaldunes, no quiere decir en absoluto que se haya llegado a la paz. El terrorismo activo no continuó por donde iba porque las fuerzas del orden se lo tomaron en serio y acabaron con sus proyectos, cuando aquéllos se vieron cercados en un rincón del cuadrilátero a merced de agentes del orden que actuaban más como españoles que como profesionales de la seguridad. Pero nunca asediados por cargos públicos, que no tenían el mismo objetivo: unos aspiraban a enarbolar una bandera comunista enganchada a la segregación por medio de la muerte física de España y de sus habitantes; los otros pretendían llegar a un acuerdo utilizando malas artes: negociaciones imposibles con vistas electorales o cal viva por no tener bemoles para establecer la pena de muerte, que según el catecismo de la Iglesia de aquellos días «no sólo era un derecho sino un deber del Estado».
Sánchez en este aspecto no es mejor ni peor que Rajoy, o que Zapatero, o que Aznar… Tenía que gobernar. No lo podía hacer con los que había porque estaban llenos de mierda, como los suyos propios. Y decidió aliarse con los pistoleros euskaldunes o con barretina, que estaban en las bancadas de los diputados y senadores de España. Unos llenos de miseria por la vía del robo, la estafa, la extorsión o la malversación de dinero público y otros con las manos empapadas en sangre inocente… ¿Quién es, a fin de cuentas, más pistolero conta España?
Y «Europa» por medio
La Europa oficial es otra dificultad a estudiar. Ya lo dijimos y actuamos muchos, no hace tanto tiempo, cuando proclamábamos que queríamos una Europa, sí, pero no así, que puede estar presta a la ayuda económica cuando sus miembros lo necesiten pero que no tiene que alterar su soberanía cuando algunos cabestros desalmados de su propio territorio intenten acabar con éste. La Europa de Bruselas está actuando con el mismo pistolerismo contra España, cuando tiene a un parásito delincuente protegido por todas por todas las aduanas, con salvoconducto de parlamentario, después de haberse llevado y llevándose hoy, en una malversación crónica, el dinero del Estado español para financiar sus golferías rampantes, rodeado de una corte de tahures y chaperos del Paralelo.
Y luego queda el pistolerismo que no sólo la Europa oficial, sino los Estados Unidos de Hilary Clinton y más tarde de Joe Biden ejercen sobre Hungría y Polonia, dos países históricos de Europa con un curriculum cercano de sacrificios y persecuciones que pretenden gobernarse con arreglo a la ley de Dios y no a la que organizan y marcan los «grandes constructores del mundo». La Europa del Carbón y del Acero se hizo con otros propósitos, y ésta utiliza el insulto y la pistola para apuntar continuamente a sus miembros como lo hacía aquella diputada comunista de la Asamblea de Madrid a todos los que en aquel hemiciclo no pensasen como ella. Se trata de un aviso en forma de gesto pero que, entre nosotros, suele convertirse en realidad.
Así las cosas, a ver quién es más pistolero…
El surgimiento del capitalismo
El capitalismo existe donde habitan hombres libres y existe menos donde el hombre está sujeto a las normas de un estado dirigista, o que tal Estado esté gobernado por un autócrata.
Es por ello que puede afirmarse que capitalismo y libertad son dos conceptos inseparables y que el hombre libre ve al Estado como un simple instrumento que debe convenientemente ejercer un poder limitado y dirigido a proteger sus libertades fundamentales, entre las que se encuentran la preservación de la ley y el orden, el cumplimiento de los contratos privados, la promoción de los mercados competitivos, la disposición de los medios para cambiar las normas y la mayor dispersión posible del poder. Así, el capitalismo es tan antiguo como el hombre mismo, que muy temprano en su vida comunitaria descubrió que tanto la división del trabajo como la formación espontánea de los mercados le era más favorable que la vida aislada y en solitario. Es decir, el capitalismo no puede existir para un Robinson Crusoe, entre otras cosas, porque para este no tendría sentido alguno. De esta observación surge nuestra afirmación de que el capitalismo no fue, propiamente, un invento de nadie, como no lo fue la lengua hablada, sino una formación espontánea, orgánica, que, como la familia misma, nace de la necesidad impuesta por el ansia de progreso social que desde el amanecer de la civilización ha estado presente en la mente del ser humano. Erróneo resulta, entonces, pensar en una autoría u origen determinado, sea este fenicio, judío o protestante. Es un simplismo afirmar, como lo hizo el sociólogo Max Weber, que la ética protestante rompió los vínculos que ataban a la gente a una forma tradicional de producir y comerciar, provocando así el auge capitalista en Europa. Lo cierto es que, al contrario de lo afirmado por Weber, el auge del capitalismo en Europa precedió la Reforma por varios siglos.
El cuento de Weber es como sigue: el capitalismo se originó solamente en Europa porque de todas las religiones existentes la única en proveer una actitud moral era el protestantismo en que condujo a la gente a buscar la riqueza material como signo del favor de Dios dispensado a la criatura. Weber era protestante. Por ello, todo esto tenía que ver con la predestinación, según la cual la humanidad se dividía entre aquellos que se iban al infierno y aquellos que se iban al paraíso; era de esperarse que a éstos últimos Dios diera una inequívoca señal de su destino final materializada en la riqueza. De allí que los adeptos de esta creencia buscaran la riqueza material para demostrarse a sí mismos el favor de Dios. Según Weber, esto condujo al rápido desarrollo del capitalismo, entendido como producto de lo que él llamó la «ética protestante». Pero con lo que Weber no contaba era con que en el norte católico de Italia existía un vibrante capitalismo y que desde el siglo XII en las repúblicas de Venecia, Génova y Florencia existían las más esenciales características de una moderna economía de mercado, a saber: el comercio, el crédito, los beneficios industriales, la especulación, los bancos, los tipos de interés y la empresa privada. Weber había creado un exitoso cuento chino para sociólogos europeos.
EL CAPITALISMO EN LA EUROPA CATÓLICA
Los primeros ejemplos del capitalismo moderno aparecen en los monasterios católicos de Italia y no en los países nórdicos protestantes.
Es más, el capitalismo incipiente y aun desarrollado ya existía en la China, en el mundo islámico, en la India, en Bizancio, en Roma, en Grecia, en Egipto y en otras civilizaciones pre- modernas. En el Código de Hammurabi y los fragmentos de Nippur que lo completan se limita la tasa de interés, pero no se prohibe. En el Antiguo Egipto también rige el sistema de limitación legal de la tasa de interés, pero tampoco se prohíbe; más bien, se refuerza su pago, como que en una ley del monarca Asychis se obligaba a dar en prenda la momia del padre. En Grecia, por su parte, los préstamos a interés alcanzaron un enorme desarrollo pues, a diferencia de Roma, nunca hubo limitación alguna de los tipos. La tasa de interés fluctuaba entre el 12% al 20% anual y los griegos nunca se atrevieron a abolirla ni a fijarla, pues temían que tal medida podía constituirse en un obstáculo para el desarrollo del comercio. Es decir, consideraban que el dinero era tan productivo como cualquier otro bien, aunque Aristóteles argumentara en su Política que debía aborrecerse la usura porque la ganancia se obtenía del mismo dinero cuya función era el cambio y no para producir más dinero. Esta idea la harían suya los teólogos medievales, quienes arrastraron la idea de que el dinero es estéril y, puesto que no produce nada, era injusto exigir intereses por las sumas adeudadas.
Para Santo Tomás de Aquino, el comercio en sí mismo no era malo, sino que, más bien, su valor moral dependía de los motivos y la conducta del comerciante. Además, el riesgo asociado con traer bienes de donde son abundantes a donde son escasos justificaba el beneficio mercantil. Por eso cabe la pregunta: ¿No es, por extensión, de la naturaleza de la propiedad privada el cobro de intereses sobre el capital prestado? Al contrario que Aristóteles, Santo Tomás era altamente favorable de las actividades de los mercaderes. Particularmente importante fue el breve apunte de Aquino de que en el intercambio se deriva beneficio mutuo para comprador y vendedor. Como indicaba en la Summa, «comprar y vender parece haber sido instituido para el beneficio mutuo de ambas partes, pues uno necesita algo que pertenece a otro y viceversa». En el fondo, estaba estableciendo la Ley Natural de la economía que parece postular que la justicia se alcanza cuando un comprador y vendedor concurren al mercado y acuerdan allí el precio de lo que intercambian. Esta situación se da siempre y cuando lo hagan libremente y sin coerción alguna y cuando los dos estén mentalmente sanos. El tomismo demostraba que las leyes de la naturaleza, incluyendo la naturaleza de la humanidad aun en el sistema de libre mercado, ofrecían los medios a la razón humana para descubrir una ética racional.
En conclusión: aunque la Iglesia considera un pecado la usura, debe aclararse que el término usura también se ha venido modificando en su interpretación, hasta el punto en que hoy se tiene que hace referencia a un tipo de interés inusualmente alto; es decir, muy por fuera de la práctica comercial en un momento dado. Por tanto, la tasa de interés que se mantenga dentro del límite de la justicia no es posible determinarla a priori; la tasa de interés que resulta justa y apropiada al tiempo que se vive es aquella que se determina a posteriori y que está dentro del canon de lo comúnmente aceptable, por lo que tampoco nos resulta menos cierto que hacia el siglo XII y XIII los teólogos católicos defendieron las utilidades empresariales como propias de la actividad productiva y, con ellas, la propiedad privada como resultante de tales actividades; por extensión, el interés sobre los préstamos no deja de ser una utilidad empresarial y un legítimo producto de la propiedad privada que es el dinero fiduciario. Aquellos teólogos no podían soslayar el hecho de que las actividades comerciales más prósperas y dinámicas habían comenzado en los monasterios. Es decir, estaban informando que toda actitud contraria a esta realidad era propiciada por una comprensión teológica muy estrecha y recortada: partían de un razonamiento fundamentado en la observación empírica del devenir humano. La razón y la fe, pues, siempre estuvieron entremezcladas en la tradición católica y las actividades capitalistas, o de libre mercado, no fueron excepción alguna: tenían muy presente que la verdad no podía prescindir de la fe, como aptamente anotó Clemente de Alejandría.
El catolicismo, por tanto, se fundó sobre la base de que a los humanos se les dio el poder y la responsabilidad de decidir sus actos, de escoger entre la virtud o el pecado. En una palabra, el ser humano es más libre cuantos más actos morales escoja; la libertad cristiana se dirige al bien, de donde surgen ciertos derechos; y en el caso de la economía, el bien se logra con la capacidad de tener iniciativa privada y apuntar a servirle al mayor número con el menor esfuerzo. Tal es la justificación de la acción privada y del libre ordenamiento de los mercados. Que es otra forma de decir que el bien es la limitante de la libertad personal y que ese bien sólo surge si se dan las condiciones necesarias y suficientes que hacen posible la libertad humana.
12 de Octubre
Acción de gracias a España a fray Santiago Cantera
En estos tiempos nuestros del olvido culpable,
de la omisión ingrata, de la trágica amnesia,
hay que grabar en todos los palacios del alma
la ofrenda agradecida, como cirio en la iglesia.
Hay que saber dar gracias por traernos el pozo
de Sicar, donde un día, bebió la misma Sed;
las bienaventuranzas, el ágape postrero,
ese oficio marino de arrojarnos la Red.
Hay que poder saldar lo que nadie podría
con caudales mundanos o el más áureo lingote,
los pareados cidianos, las loas de Berceo,
cada palabra ecuestre que enhebró Don Quijote.
Hay que retribuir a esas naves veleras
portadoras del Logos que fue Primeramente,
de los fueros y el Foro, del ágora y los fascios.
Saber que por Castilla en verdad somos gente.
Hay que retribuir a esas naves veleras
portadoras del Logos que fue Primeramente,
de los fueros y el Foro, del ágora y los fascios.
Saber que por Castilla en verdad somos gente.
Hay que honrar la memoria del guerrero y del mártir,
del misionero osado que murió predicando,
de los conquistadores leales al Madero
al yugo y a las flechas de Isabel y Fernando.
Hay que ser observantes con la herencia donada,
las cúpulas,el claustro, la lira o la zampoña,
los códices de Trento, la Política Indiana,
mientras cruzan el cielo las aspas de Borgoña.
Hay que corresponder tanto bien recibido,
el mestizo de acento castellanomanchego,
la Virgen Morenita, los santos rioplatenses,
la carreta en Luján, la tilma de Juan Diego.
Hay que elevar hosannas y aleluias de gozo:
el tribal maleficio ya quedó desprovisto,
la tierra descubierta recibió el Sacramento,
y celebran su gloria en el altar de Cristo.
Hay que saber dar gracias, repetimos seguros,
por la América hallada como el Niño en el templo,
el rosario en la selva derrotando demonios,
sólo en Dios Uno y Trino la vida y el ejemplo.
Hay que remunerar que llegara el Imperio,
la espada de un rey justo que la porta y la tange,
y pasados los siglos, tras sones de Cruzada,
las camisas azules, José Antonio y Falange.
Hay que cantar de nuevo nuestros himnos marciales,
que conquisten la sierra, la planicie o la calle.
Hay que alzar nuestras palmas hacia un cielo de julio
Y hay que enterrar a Franco nuevamente en el Valle.
Un poco de historia, inquietudes, fe y esperanza
La Humanidad lleva tiempo, a pesar del espectacular progreso tecnológico, mostrando en su cansancio e inconformidad, su rebeldía, lo que a su manera, y también con fuerza, parece manifestar la Naturaleza.
Europa dejó de ser el espejo en el que se miraba el mundo, espejo que alumbrado por Grecia, Roma y España marcó el paso de la Historia durante siglos. Las dos últimas guerras mundiales no resolvieron los problemas que las motivaron y por el contrario dejaron latentes los mismos problemas que las desencadenaron; la primera, dejó patente la rotura de Europa y no apagó el odio entre naciones vecinas, y la segunda sustituyó la barbarie del nazismo por un reforzado poderío criminal comunista, cediendo Europa a los Estados Unidos la antorcha de liderazgo en el orden mundial.
Los hombres, de igual manera que las naciones, en los momentos de peligro o desconcierto, claman por la unidad. Y así ha sido y así será. Pero la unidad, esa palabra que tanto se proclama, es una palabra hueca si no existe, si no se define aquello que une, aquello con lo que comulgan a quienes se convoca.
Sobre la primera búsqueda de la unidad de Europa, me remito a lo que con su lúcida brillantez dijo sobre este tema Jose Antonio Primo de Rivera en su discurso en el Teatro Calderón, en Valladolid el 3 de marzo de 1935: “Destruida Roma empieza (una época) como un barbecho histórico. Luego empiezan a germinar brotes de cultura, las raíces de la unidad van prendiendo por Europa. Y llega el siglo XIII, el siglo de Santo Tomás. En esta época la idea de todos es la “unidad” metafísica, la unidad en Dios; cuando se tienen estas verdades absolutas todo se explica, y el mundo entero, que en este caso es Europa, funciona como la más perfecta economía de los siglos. Las Universidades de Paris y de Salamanca razonan sobre los mismos temas en el mismo latín. El mundo se ha encontrado a sí mismo. Pronto se realizará el Imperio español, que es la unidad histórica, física, espiritual y teológica.”
Y de ese Imperio, forjado en la “unidad en Dios”, podemos hoy enorgullecernos de lo que dice Borja Carlús (ABC 19.09.1921) refiriéndose a, nada menos, que a : trescientos años de paz Española: “Es notable observar que todo lo sólido que hay en Iberoamérica proviene de esa época: el casco histórico de las ciudades creadas por España, las universidades y colegios, la red hospitalaria, la lengua, la religión, la cultura uniforme, … el fruto de años de aplicación de las Leyes de Indias, de prospera tranquilidad y de mestizaje”.
Algo más de dos siglos de abandono de los Principios y Valores que alumbraron a los pujantes Virreinatos, llevaron a toda la América Hispana a su ruina moral y material, agravada hoy en día por su desvarío indigenista, siendo posible este, el último paso en un proceso de auto destrucción.
Europa, adentrado el siglo XVIII, inicia una nueva era con la Revolución Francesa y la Revolución Industrial en Inglaterra, que se producen casi simultáneamente, y surgen en el espectro socio-político nuevas ideologías, el liberalismo, el capitalismo y el socialismo, que conducen, ya en el siglo XX a dos formas de gobierno: la democracia y el comunismo, que lo único que tienen en común es su olvido de Dios. Y hoy sorprendentemente, es bajo estos dos sistemas políticos donde se encuadran, con sus particularidades, prácticamente todas las naciones de este mundo globalizado.
Hemos despreciado, mejor dicho, condenado, lo mucho bueno que la Humanidad elaboró con esfuerzo y generosidad a lo largo de siglos; principalmente ese gran tesoro que supone la obra realizada bajo el signo de la Fe, del manto cultural de lo que entendemos como Civilización Cristiana, de la que España fue su abanderado sin fallo ni traición, a lo largo de su Historia.
Pero es España la que, en el siglo XX, ajena a las corrientes políticas imperantes en el mundo, después de derrotar al comunismo en el campo de batalla, crea bajo la misma Fe el Nuevo Estado, revolucionario en lo social y fundamentado en los mismos principios, valores, y tradiciones, que la hicieron la nación más poderosa del mundo durante siglos. Y es en esos casi cuarenta años que transcurren entre el día de la Victoria de la Cruzada el primero de Abril de 1939 y la muerte de Franco el 20 de Noviembre de 1975, en los que España se encuentra a sí misma, vuelve a su ser, dando ejemplo como entonces, de unidad y de buen gobierno, de paz, prosperidad, justicia y dignidad. España en esos años vuelve a ser faro, pero, sin el poderío de tiempos pasados, su luz se pierde en la oscuridad que nubla a un mundo que arde en guerras, colonialismos racistas, revoluciones y genocidios, bajo ideologías anticlericales y materialistas.
Y es a mediados del siglo pasado, en plena guerra fría entre los vencedores de la IIGM, cuando 6 países europeos, en busca de perpetuar la paz en Europa y hacer frente al reto de un mundo cada vez más globalizado, firman el Tratado Constitutivo del Carbón y del Acero (CECA) – comunidad con fines socio-económicos-, origen de lo que es hoy la Unión Europea.
Y hoy estamos en el desarrollo de ese ambicioso y complejo proyecto de unión, de la mayoría de los países de Europa, con la dificultad que supone esa unión sin la comunión en ese algo superior, trascendente, necesario siempre que se habla de la unidad de naciones.
Vivimos tiempos de incertidumbre, las naciones buscan su encaje en el puzzle mundial, puzzle que hace tiempo dejó de limitarse a lo territorial, y todas lamentablemente con un alto grado de corrupción nefasto, por no decir mortal, compañero de viaje, para cualquiera acción de gobierno.
¿Y … España? Hoy voy a puentear el calvario que vivimos bajo la dictadura de Pedro Sánchez, dando por hecho que tendrá un próximo fin, y pensar en la España que tendrá que resurgir de las cenizas a que quedará reducida tras estos ignominiosos tiempos que vivimos. El sacrificio y esfuerzo de las generaciones llamadas a tan colosal tarea, son los mismos con los que aquellas se enfrentaron en los años 40 y siguientes del siglo pasado. Pero mi inquietud radica en ¿que motivará a esas generaciones?, o dicho de otra manera, ¿que España aspiran a construir? Las generaciones de entonces teníamos muy claro por lo que luchábamos, era un objetivo que Franco sintetizó en un discurso en Barcelona en el año 1957; lo que llamamos voluntad de Imperio, (expresión, hoy, no al alcance de todos) y eso ya no es posible. Los tiempos y las circunstancias han cambiado; España pertenece a la Unión Europea, a la que irremisiblemente seguirá perteneciendo en el futuro, unión que supondrá pérdida de independencia y sometimiento a normas de la Unión, pero que en ningún caso deberían afectar a las señas de identidad que la hicieron única y sobresaliente. “A partir del siglo XVI las naciones nacionalizan la religión, a diferencia de las naciones católicas que no tienen religión nacionalizada, en las que el Jefe de Estado de esa religión está en otro sitio” (Elvira Roca Barea), entre las que se encuentra España, hecho diferencial que se hace patente en el espíritu que iluminó al pueblo español, cuando alcanza sus momentos de esplendor, siendo ejemplo de buen hacer en el mundo.
Los que luchamos hoy en defensa de la España Inmortal – recientemente vivida en la España de Franco-, lo hacemos como entonces, unidos en la Fe y con el fin de que esa llama, espíritu que alumbró la Hispanidad, no sólo no muera si no que brille, si cabe con más luz, para que ilumine a las generaciones que van a vivir situaciones cruciales de esta nuestra gran nación que es España. Así sea
Recogiendo el testigo
Pertenezco a una generación perdida entre las aguas del bienestar recibido, la paz social recobrada y un desarrollo económico usufructuado; sin mayor mérito, por nuestra parte, que el de surfear la ola buena que la generación de nuestros padres nos entregó. Vivimos los cuarenta primeros años de nuestra existencia como nunca lo habían conseguido los españoles en los dos siglos anteriores: en paz, progreso y libertad real, no política. Eso sí, gracias a que un tiempo vital, anterior al nuestro, coincidió con el tiempo histórico en que todos los males acumulados durante dos siglos, se confrontaron en duelo de existencias, cainita, atroz, delirante. Como todas las guerras civiles en todos los pueblos y naciones que en el mundo ha habido.
La peculiaridad de nuestra guerra consistió en ser el primer acto de un choque entre dos totalitarismos y una tercera vía humanista y cristiana, desaparecida después de la II Guerra Mundial. De aquí el qué la contienda no fue sólo humana, feroz, descarnada, sino también ideológica. Se enfrentaban dos concepciones del hombre, de la sociedad, del Estado y de la civilización. Es una de las explicaciones por las cuales permanece en el ideario de la izquierda, como si el pasado se conjugara en presente y garantizara un futuro, ahora impuesto y reescrito. La otra es que nadie se ha preocupado, ni en la generación de mis padres, ni en la nuestra, de explicar las razones y fundamentos de esa cruenta guerra civil o cruzada de liberación. Por ello “el relato” lo impusieron, como estrategia necesaria, los perdedores de ayer, vencedores en la actualidad, por incomparecencia del adversario presente y futuro. Es el envenenado testigo que no podemos aceptar con resignación, ni asumir su trasladado a nuestros herederos, pues nos va la supervivencia en ello.
Los vientos de la historia siempre son circulares y, como torbellinos, azotan a las sociedades y naciones sin asidero; que previamente han renunciado a su ser identificador, para acomodarse a un existir impostado. Sucumbir a esas corrientes centrípetas, a la inercia de las masas emocionales e impulsivas y a la conveniencia política corruptora de conciencias y almas, nos llevará inexorablemente a la perdida de nuestra identidad histórica, irrelevancia política y empobrecimiento general. Y nuestra generación, los nacidos entre 1940/1975, seremos en gran medida culpables, por ceguera política, ausencia de convicciones morales, inteligencia para oponerse y valor al enfrentarse. Los signos de los tiempos, siempre son fruto de unas convicciones o ausencia de ellas; y en ese debate estamos, cuando se pretende el “fin de la historia”, como relato e interpretación de unos hechos acaecidos antes de nuestra existencia, o, incluso, en nuestra presencia (véase el blanqueamiento de ETA).
Como en toda coyuntura humana y en cualquier generación, el principio del mal trata de imponerse al del bien, adoptando diversas formas de penetrar en el alma colectiva. Ahora tenemos el globalismo, las leyes de genero, el indigenismo, el animalismo, las leyes transexuales y el sempiterno ataque a los valores de nuestra cultura, la religión, la familia, la propiedad, la libertad, la justicia, el estado de derecho. Lo demencial del presente es que hemos olvidado de dónde venimos y a donde nos conduce todo este cumulo de aberraciones. Ahora, como entonces, a finiquitar la civilización del bienestar, del desarrollo social y libertad inmanente. A la destrucción de la patria desde la cual es posible defenderse y progresar. A la perdida de la conciencia individual, paterno filial e histórica. A vagar por el mundo de las tinieblas, consciente de no ser un mal sueño. A perder toda esperanza de redención.
Produce vértigo que la mentira adquiera carta de naturaleza y se acepte, en todos los ámbitos de la vida pública, como instrumento para alcanzar el poder y ejercerlo de manera despótica, con libertad para vaciar y viciar todas y cada una de las instituciones que frenen ese poder. Lo acabamos de volver a comprobar, con aparente resignación, en la designación de los órganos judiciales del Constitucional, Supremo, Tribunal de Cuentas y Defensor del Pueblo, como si de dados salidos de un cubilete se tratara. Ni desde el pragmatismo más grosero del PP puede defenderse el nombramiento de cuatro magistrados para garantizar la defensa de la Constitución y del estado de derecho, tres de ellos sin pasar siquiera por el Supremo, lo que acredita su “idoneidad”, y uno del mundo de la Universidad. Nombrar a Ramón Sáez para la defensa de la configuración del estado constitucional, quien cuestiona la ley de Amnistía y deslegitima la transición al considerarla “modelo de impunidad e injusticia”, es como colocar a la zorra al cuidado de las gallinas. Pronto se verá el resultado.
A los secesionismos insolidarios, destructores de la nación, catalizadores del odio y el enfrentamiento, después de entregarles todos los resortes de poder necesarios para cumplir con sus fines perversos, ahora conforman gobierno para cumplir el objetivo final del “finís hispaniae”. Todos los frenos y cautelas que establece la Constitución y configuran el Estado de Derecho han sido violentados, suprimidos o manipulados.
No existe el derecho a separarse, ni el orden internacional, ni el derecho interno de ninguna nación. La soberanía, según la vigente Constitución, reside en el pueblo, sujeto unido e indivisible de la nación quien, como único factor constituyente es el legatario del poder de reformar la Constitución de conformidad a las reglas establecidas para ello. Es el único sujeto capaz de permitir que esa unidad se fraccione, capaz de vivir o suicidarse, capaz de renegar del plebiscito de la historia y de sus antepasados muertos, capaz de volar la convivencia y capaz de regresar a las viejas tribus a los viejos demonios ancestrales, a las Taifas que durante tantos siglos nos sojuzgaron.
A todos los españoles nos concierne que cumplamos con lo señalado en el Art. 30.1 de la Constitución vigente y aplicable: “los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”. Con independencia de la responsabilidad contraída por las demás instituciones de la Nación en lo señalado en el Art. 2; Art. 9.1; Art. 14; Art. 8.1; Art. 139.1; Art. 155.1 todo ello de obligado cumplimiento si no queremos permitir la voladura incontrolada del actual sistema.
Aire fresco imprescindible para seguir creyendo y mantener la esperanza reside en la historia, en la heroicidad de nuestros antepasados enfrentados a situaciones infinitamente peores que las nuestras. El valor hasta el heroísmo, la resistencia sobrehumana, la fe en Dios y en los valores por los que luchaban, el sacrificio hasta lo sublime, la solidaridad y el compañerismo hasta la muerte. Solo el relativismo de los mercaderes auspiciados por el Gobierno Sanchista haría posible la aprobación de una Ley contra la memoria y contra la democracia. También contra la verdad, la libertad, la dignidad y la justicia. Recogeremos el testigo para no permitirlo.
¿Perdonó Dios a los judíos por matar a Cristo?
Se trata esta, de una pregunta que escuche de un sacerdote latinoamericano hacia su profesor de teología; y a la cual este, contestó en la forma paradigmática, que corresponde a una reflexión teológica, que parte del imposible conocimiento del hombre respecto de la realidad inasumible desde el punto de vista humano del Dios infinito y creador.
La respuesta teológica sólo tiene cabida dentro de la verdad revelada, y en la medida en que sobre esto se nos haya revelado algo, en la sobriedad de la recta razón aplicada sobre lo revelado.
Por eso, el sacerdote profesor teólogo respondió sabiamente, eludiendo el compromiso del error o el acierto, pero salvando su situación de teólogo docente, que debe saber dar respuesta medida dentro de las posibilidades de la teología a cualquier pregunta que plantee un alumno, entendiendo, que alumnos de teología, puestos a discernir sobre el misterio de Dios, podríamos ser cualquiera de nosotros.
Y contestó con otra pregunta más lógica, dejando sin respuesta al alumno interrogador… ¿Pidió perdón el pueblo judío a Dios?.….. y si no lo hizo ¿porque habría de perdonarlo?.. dando así respuesta a la curiosidad del alumno, pero sin pronunciarse sobre el contenido de la pregunta, que evidentemente el profesor de teología no sabría responder.
Es algo similar, a la anécdota que cuentan de San Agustín cuando de vuelta en Hipona ya converso al cristianismo y desarrollando una amplia labor pastoral, fue interpelado por un pagano, sobre que había estado haciendo el Dios eterno hasta que decidió hacer el mundo, a lo que San Agustín respondió <<El infierno, para los que hacen esas preguntas>>; sabía San Agustín que no existía respuesta al misterio, de manera que animaba a los racionalistas con la famosa frase <<Crede ut intelligas>> o «cree para poder comprender» y no quieras comprender para creer.
Quizás es la conclusión a la que llegó tras la famosa leyenda de su encuentro con un niño junto al mar, en donde se dice que meditando el misterio de la santísima Trinidad e intentando buscarle una posible explicación, paseaba la orilla de una playa cuando vio a un niño que estaba jugando en la arena. Lo observo y vio como corría hacia el mar llenaba el cubo de agua y volvía a donde estaba antes, vaciando el cubo en un hoyo de la arena. Viendo como hacía esto el niño una y otra vez, decidió interpelarle sobre su ridículo esfuerzo, pues vertida el agua en el hoyo de la arena, desaparecía al instante. El niño contestó que pensaba secar el océano vertiendo toda el agua en aquel hoyo ¿Pero eso es imposible… no te das cuenta? le espetó el Santo A lo que el niño contestó «quemás difícil sería que su mente humana llegara a comprender el misterio de la santísima Trinidad» increíble comparación o mejor dicho imposible.
Pues retomando el inicio, yo si entiendo modestamente que existe respuesta a la pregunta que encabeza mi artículo, lo que pasa que la actual iglesia mundana se ha borrado de su misión de explicar la crudeza de nuestra realidad humana y sólo predica una religión al gusto de los hombres, se pasan por alto las cosas difíciles, se niega el castigo y sólo se catequiza en el nombre del amor… Dios es bueno, infinitamente bueno y misericordioso y nos quiere muchísimo… Y ahí se acaba la catequesis.
Se habla a los jóvenes del amor, pero no de la justicia; y no hay amor sin justicia; porque si un malvado comete un acto criminal y el malvado ni siquiera se arrepiente de su crimen, sería injusto el perdón y terriblemente doloroso para quienes han sufrido el crimen, que el criminal no pagara de algún modo su fechoría. Luego el amor «sólo» no puede ser la explicación de Dios.
De ahí que los jóvenes deserten a la primera pregunta ¿y si es tan bueno Dios y nos quiere tanto? ¿Por qué sufrimos la enfermedad y la muerte? ….. y nadie responde, …… Porque nuestra desobediencia, nuestro desacato enojó a Dios que nos degradó a la condición de desterrados, ergo el amor de Dios….ha de ser bien entendido…y no exento de justicia divina.
Llegamos al punto de que, a medida que se enseña un Dios mundano a la medida de los maquiavélicamente llamados «Human Rights» o derechos humanos, las preguntas sobre las verdades reveladas se van volviendo más y más incómodas y hay que ir transigiendo y retorciendo la revelación para mantener una predicación falsa acorde con el mundo, pero que no es la contada en el evangelio
No…. es que Dios no condena eternamente a nadie…. el infierno no existe…. no podría caber en la mente de un Dios que es amor…. Y a continuación viene la siguiente pregunta, ¿pero entonces por qué el diablo y los demonios han sido los condenados para la eternidad?…… no, es que no existen el diablo y los demonios…… ¿pero por qué el Evangelio habla de ellos? y porque San Lucas nos cuenta en el Evangelio del rico Epulon un episodio de condena para siempre…. Pues porque ese Evangelio lo contaron los compiladores, pero no es de Cristo…. ¡ah claro! como el de los panes y los peces, que no se multiplicaron, se repartieron bien los que había; luego Cristo era un sabio lider social, no un ser de naturaleza divina capaz de doblegar a la materia….
Llega a esta confusión a la cabeza de iglesia, hasta el punto que necesito explicar:
Sacado de las páginas vaticanas
El domingo 8 de marzo de 2015 cuando Francisco visitó la parroquia de Santa María Madre del Redentor en Tor Bella Monaca, en la periferia de Roma y habló con los niños de allí sobre el infierno, afirmando su existencia y explicando que van allí los que se niegan a relacionarse con Dios y a recibir su amor.
Una chica scout le preguntó al Papa: “Si Dios perdona a todos, ¿por qué existe el infierno?» El Papa respondió con una pregunta: «Dios perdona todo, ¿o no?» Los niños gritaron al unísono: «¡Sí, perdona todo!» Y el Papa añadió: “Al infierno no te envían: vas tú, porque eliges estar allí. El Infierno es alejarse de Dios porque yo no quiero el amor de Dios. Este es el infierno. El diablo está en el infierno porque él lo ha querido: nunca una relación con Dios”.
” Si tú fueras un pecador tremendo, con todos los pecados del mundo a cuestas, y además te condenasen a la pena de muerte y cuando estás para morir blasfemas, insultas y todo lo demás… y en ese momento, miras al Cielo y dices:»¡Señor!»… ¿donde vas, al cielo o al infierno? ¡Al cielo!… Va al infierno solamente el que dice a Dios:” No te necesito, me las arreglo solo, como hizo el diablo que es el único del que estamos seguros que está en el infierno”, añadió el Papa.
En definitiva, el mensaje es que a Dios como es Amor, le está vedado castigar, uno se va al infierno porque lo decide unilateralmente no por decisión de la autoridad divina. En consecuencia, el Dios lento a la Ira del antiguo testamento es una falacia. El castigo del diluvio universal; el castigo a los primogénitos del Faraón que Celebraba el propio Jesucristo en la Pascua Judía; el castigo a Sodoma y Gomorra por su decrepitud moral…. son todo leyendas baratas…Dios no castiga…… El santo temor de Dios ha sido una mala idea escolástica de siglos pasados…… y por supuesto el Evangelio de San Lucas sobre el rico Epulón, donde se le niega al propio Lázaro su trocito de misericordia de llevar un poco de agua a Epulón porque entre ellos y nosotros hay un abismo insalvable…es mas que una leyenda…es un crimen de lesa religión que nos enseña cuan profundamente equivocado esta el evangelio.
¡¿PERPLEJOS VERDAD?!
Pues bien, en medio de toda la confusión generada por separarse de lo revelado, llegamos a la renuncia del Dios trino (Padre, Hijo y Espiritu santo) pero de hecho el evangelio nos cuentan como a pesar de que el Hijo Jesucristo comparte la misma naturaleza que el padre, Él es un <<enviado>> una forma encarnada de presentarse ante los hombres.
Esta cuestión se pone de manifiesto en un precioso episodio de narrativa detalladísima, como todo aquello que nos es contado por San Juan en su evangelio, que se declara testigo directo de lo narrado. El episodio esta en Juan 10. 31-42
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: “He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”.
Le contestaron los judíos: “No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en su ley: Yo les he dicho: ¿Ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que, a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de él, pero se les escapó de las manos.
La persona distinta, pero de la misma naturaleza divina queda esenciada en este evangelio.
Podríamos citar varios ejemplos de la distinta naturaleza y Jerarquía de Jesucristo respecto de su Papá (abba) como él mismo decía. Pero solo nos vamos a referir al episodio que encabeza el titulo de esta pequeña reflexión teológica.
Siempre había afirmado Jesús, que le había sido dado el poder en el cielo y la tierra para perdonar los pecados. De hecho, hace gala de ello en sus curaciones milagrosas.
En el evangelio de Lucas 5, 24 en la curación de un paralitico se recoge de su propia boca
¿Qué es más fácil, decir: «Tus pecados te son perdonados, o decir: «Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios.…
Este poder fue transmitido a los apóstoles y es la base del sacramento de la confesión.
Sin embargo, nos vamos al día de su muerte. Un viernes previo a la pascua judía del año 33. Jesús es desnudado, despojado de todas sus ropas para ser crucificado, formaba parte de la humillación (ropas que se reparten entre el piquete de legionarios ejecutores) cuenta Lucas en 23.34 que Jesús decía…¡ Padre perdónalos porque no saben lo que hacen !
Se han escrito ríos de tinta sobre este versículo para referirse casi siempre a como Jesucristo nos enseña a Perdonar hasta la extenuación; pero tales afirmaciones, en una correcta exégesis bíblica, no se corresponden con el episodio, porque Jesucristo no perdona en este caso. No despliega su omnímodo poder de perdonar a los hombres del que tanto había alardeado. No dice, «yo os perdono porque no sabéis lo que estáis haciendo», con lo que evidentemente hubieran quedado perdonados .
Es evidente que si refiere esa súplica al padre; tan evidente como es que en su fuero interno ya los había perdonado, pues de lo contrario no hubiera hecho pública su manifestación de ruego al Padre.
Soy un profundo convencido de que en los evangelios están todas las causas ultimas. El perdón de los pecados también tiene sus causas ultimas.
Aquí nuevamente nos encontramos que el absurdo último de la iglesia de este siglo pidiendo perdón por algo que fue realizado por otros. ¿Perdón por la Inquisición? de la inquisición darán cuenta ante Dios los Inquisidores, ¿quien les va a perdonar ahora? …¿los descendientes de los inquisitoriados? … ¿a quien? ¿a una iglesia que ya no es responsable de la Inquisición porque fue abolida? ….. Pidiendo perdón por la conquista y evangelización de América….es decir…. ¿Por lo que hicieron otros?…… si el perdón que se pide no fuera retórico sino auténtico empezarían por el arrepentimiento; disolver todas las comunidades eclesiales fruto de esa evangelización…. ¿o es solo por los excesos? …. pues de los excesos deberán dar cuenta quienes se excedieron, que no parece que se arrepintieran de lo hecho o la menos que se sepa.
El perdón es una sanción al arrepentimiento del causante de un mal. Si el que cometió el mal ya no puede arrepentirse, de nada vale que otro pida perdón a su cuenta porque, uno, el ejecutor no se arrepintió y no pidió perdón y el otro no cometió los actos por los que pide perdón, por muy arrepentido que se sienta de lo hecho por otro. Para que se comprenda, Si el gobierno vasco pidiera perdón por los crímenes de ETA, los etarras que los cometieron no resultarían por ello perdonados, porque la cuestión del mal infringido está entre el ejecutante y el ejecutado.
El caso del episodio descrito, nos suscita un misterio. Por lo escrito parece que Jesús quería dejar clara a los ojos de la humanidad el perdón a su pueblo. Dudo mucho que sus palabras se refirieran en exclusiva al piquete de legionarios que lo maltrataban, porque ellos recibían ordenes superiores y eran soldados, además los habría podido perdonar personalmente.
Más parece que se reclama misericordia para con sus condenadores, que, en este caso, tanto la acusación como la condena fue fruto de la presión ejercida al gobernador romano por parte de su pueblo.
Más parece también que el propio Jesús ya los había perdonado; pero el episodio deja entrever la problemática del tercero. El dolor del padre por la ejecución de su Hijo a manos de su pueblo elegido al que fue enviado, parece una cuestión lo suficientemente grave como para que el perdón de tamaña agresión se escape de la competencia exclusiva del Hijo, ya que Jesucristo actuaba por así decirlo en representación de su padre ante los hombres. Solo podemos entender esto por ser personas distintas a pesar de un solo dios verdadero.
Jesús no se atreve o no tiene autoridad para esto. Por eso ruega al padre por el perdón de su pueblo. Es lo que tiene todo el sentido según mi postura exegética.
En consecuencia ¿perdonó el Padre al Pueblo Judío?, pues a mi me parece que no…y por eso de su Templo, que fue arrasado por las legiones de Tito en el año 70 no quedó piedra sobre piedra. Sobre el mismo lugar sagrado del Judaísmo se alza una mezquita, intocable, erigida por sus más fieros enemigos, para recordarles el enojo de Dios mismo. Por eso sufrieron la diáspora y han sido duramente tratados durante 2000 años allá donde fueron. Y por ello hoy en día paradójicamente solo han recuperado para su culto, de su lugar santo por excelencia en «el templo”, la parte del «muro de las lamentaciones».
El perdón de llegar llegará con el final de los tiempos y la nueva Jerusalén prometida en el Apocalipsis.
Los sindicatos de maleantes
El sindicalismo español, tal como está configurado actualmente por los dos “colosos” del circo, no representa a los trabajadores en absoluto. En primer lugar, porque el nivel de afiliación a los “sindicatos de clase”, zoco de compraventas y silencios, es ridículo, minoritario porcentualmente, de nula representatividad, integrado, en parte, por holgazanes profesionales, como son los “liberados” sindicales, sueño al que aspiran todos los que en su vida no han dado un palo al agua.
Lo hemos visto estos meses atrás, durante los picos agudos de la pandemia, cómo el abultado número de liberados sindicales censados, que se han reincorporado a sus puestos de trabajo en sanidad y servicios sociales, en concreto, y en el resto de actividades, en general, ha sido insignificante, evidenciando con ello la catadura de tales individuos, que cacarean la “solidaridad”, pero que se escaquean, vergonzosamente, cuando podrían ser útiles y necesarios, alguna vez en su vida, a la sociedad.
Es un misterio insondable, una falta de trasparencia en toda regla, un agujero negro, donde no puede penetrar la luz del universo, llegar a conocer cuántos “liberados sindicales” hay pululando y “trincando” en España, comiendo la sopa boba, que arañan a las empresas y a todos los españoles. Ya es sospechoso constatar, cómo se guardan celosamente los sindicatos de facilitar cifras fiables del cómputo de estos zánganos de oficio, ni cuanto representa el costo de ese colectivo, en la economía, tanto para las administraciones públicas, como para las empresas privadas, al no existir información objetiva y verídica a este respecto.
Hoy, los sindicatos Unión General de Trabajadores –UGT- y Comisiones Obreras –CCOO-, son meras correas de transmisión y simples mamporreros o sicarios de dos partidos políticos, el PSOE y los comunistas de todo jaez, refugio idílico de corruptos y charlatanes, vagos y maleantes, que sólo aciertan cuando se equivocan.
Está claro que las mafias sindicales no defienden, ni por activa ni por pasiva, los intereses laborales de los trabajadores, que les traen al pairo, sino que, a lo que se dedican, es a entrometerse en el campo de la procelosa política, para ayudar a sus compinches, a quien ellos, eufemísticamente, denominan “compañeros”.
Hay que terminar con las cuantiosas subvenciones, que reciben del erario público, los sindicatos parasitarios españoles. Hay que acabar con esos gorrones sindicales, que viven del cuento y del presupuesto. Se debe extirpar, drásticamente, la malversación de los fondos públicos, por sumideros de fraude y corrupción. Y se debe denunciar, el incremento de subvenciones, que figura en los presupuestos, elaborados por el Gobierno social-comunista de Podemos y el Partido Socialista, en estos tiempos de crisis, para sus organizaciones de machacas, que se repartirán entre unos pocos, el dinero de todos.
Los sindicatos, para gozar de libertad y albedrío, para que comenzasen a ser mínimamente creíbles, deberían vivir y subsistir, única y exclusivamente, de las cuotas de sus afiliados. Pero ello no es posible porque, carentes de afiliados y cuotas, sería el suicidio colectivo de esos aparatos mastodónticos, creados y mantenidos para el logro e interés crematístico de unos pocos, amigos de la prebenda y de los privilegios, foco de la corrupción sistemática. Por ello, hay que tener el valor y el coraje de denunciar sus turbios manejos y enfrentarse 23
con decisión al poder sindical, que no es otra cosa que el refugio de piquetes coercitivos de nuestras libertades. Sobran los piquetes, como instrumentos de coacción y de chantaje. Hay que denunciar, que los sindicatos, con sus huelgas políticas y salvajes, aparte de perjudicar a la economía nacional, toman como rehenes a los ciudadanos, que quieren ejercer su derecho a trabajar.
Produce hilaridad y sonrojo contemplar a dirigentes sindicales, tanto de la PSOE, como dicen en Andalucía, como de Comisiones Obreras, perfectos ignorantes o analfabetos funcionales, hablar en nombre de los trabajadores españoles, que se ganan honradamente el pan con el sudor de su frente. Pero todavía es mayor la carcajada, al constatar cómo quieren acaparar los sindicatos de los cazurros, cursos de formación, impartidos o simulados, más para tapadera de estafas, que para ágoras del conocimiento.
Se contempla, con estupor, cómo en España, a los sindicatos políticos mayoritarios, no les importa lo más mínimo que suba el recibo la luz, de forma exponencial, a precios astronómicos, la bombona de gas, los carburantes, el proyecto anunciado de cobro en todas las autovías, las cuotas de los autónomos, la subida de los impuestos básicos, la cesta de la compra, las cuotas de la Seguridad Social, el impuesto de sociedades o que la tasa de desempleo esté a la cabeza de Europa… Esas cosas parecen que no son de su incumbencia, mientras que da vergüenza y nauseas, ver como movilizan a sus mesnadas, de estómagos agradecidos, para apoyar, como han hecho el pasado mes de junio CCOO y la UGT, en una manifestación convocada el día 8, en solicitud del indulto para los golpistas catalanes, que en un movimiento sedicioso, han intentado romper la unidad nacional.
Combatir a este tipo de sindicatos políticos de mala clase, que se asemejan a “cuevas de ladrones”, es luchar por la dignidad e higiene nacional.
Mayo-1931: La “quema de conventos”
La implantación de la Segunda República en España supone la llegada al poder de una coalición formada por los representantes de una burguesía laicista y de un socialismo revolucionario que coincidían en considerar a la Iglesia Católica como un obstáculo para el progreso de España y como la aliada de todas las formas de poder conservadoras que habrían predominado hasta entonces. Este prejuicio resultará determinante en la evolución del régimen naciente y su consideración resulta inexcusable si se quiere entender cómo acabó derivando en una guerra civil a pesar de haber sido acogido por la mayoría de los españoles con una actitud que se sitúa entre la ingenua expectativa, la esperanza y el entusiasmo desbordado.
La Carta Pastoral publicada por el Cardenal Segura ,( “Sobre los deberes de los católicos en la hora actual”, Toledo, 1 de mayo de 1931), el anuncio de la fundación de Acción Nacional y el asomo de algunos brotes de reacción, soliviantaban a los revolucionarios -ahora instalados en el poder- que veían maniobras contra el nuevo régimen por todas partes. Todo lo que no fuera soportar lo que impusieran las izquierdas, incluso el legítimo ejercicio político cuando se aproximaban las elecciones a Cortes Constituyentes, era interpretado como signo de violencia y provocación.
Los sucesos de Madrid arrancan, sin relación de causa-efecto, de la apertura el 10 de mayo de 1931 de una sociedad denominada Círculo Monárquico Independiente, alentada por ideas equivocadas acerca de las posibilidades que la República ofrecería para la libertad de expresión y de participación política. No había terminado el acto, celebrado en un piso de la calle de Alcalá, y se difundían las consignas más exaltadas para justificar su interrupción. Intervino la fuerza pública para impedir el asalto del local pero quienes resultaron detenidos fueron la mayoría de los allí reunidos. Poco después, se incendiaban varios coches, un quiosco de El Debate en calle de Alcalá y los asaltantes se dirigieron al periódico ABC, donde intervino la Guardia Civil: «La fuerza dio los toques de atención reglamentarios. En ese momento sonó un tiro de pistola, y un niño subido a un árbol, cayó herido, levemente, por fortuna. No hizo falta más para que los manifestantes se abalanzaran sobre los guardias que, en legítima defensa, se vieron obligados a disparar, causando dos muertos y varios heridos entre los asaltantes» (Miguel Maura, Así cayó Alfonso XIII: De una dictadura a otra, Madrid: Marcial Pons, 2007, pág. 332).
La agitación continuaba durante la tarde y la noche y comenzaron a pronunciarse las primeras amenazas contra frailes y monjas, especialmente los jesuitas. José Antonio Balbontín arengó a los revoltosos desde una ventana del Ministerio de la Gobernación y dio lectura a unas conclusiones en las que se pedía, entre otras cosas, el desarme de la Guardia Civil, la expulsión de las Órdenes Religiosas y la dimisión del ministro de la Gobernación, Miguel Maura. Mientras, el Gobierno permanecía reunido en un despacho del mismo edificio. Maura advirtió que en el Ateneo se estaban repartiendo ya listas de los conventos que había que incendiar al día siguiente, así como la gasolina y los trapos para proceder a ello. El ministro de Guerra, Manuel Azaña, se negó a intervenir entre los miembros del Ateneo y asumió una postura, respaldada por otros ministros, de oposición a la intervención de la Guardia Civil.
En la mañana del 11 de mayo comenzaron los incendios por el templo y residencia de los jesuitas de la calle de la Flor (junto a la Gran Vía) y continuaron a lo largo de la mañana en el Convento de Bernardas de las Vallecas (C/ Isabel la Católica), Iglesia de Santa Teresa (Plaza de España) y en el Instituto Católico de Artes e Industrias (C/ Alberto Aguilera), también de la Compañía de Jesús, hacia la una y media. A esta hora hay un momento de pausa en los incendios. En el convento de las Trinitarias, (C/ Marqués de Urquijo) los revoltosos se contentan con hacer salir a las corrigendas; en el del Beato Orozco (C/ Goya) y en el Oratorio del Caballero de Gracia se dejan persuadir por algunos espontáneos y de otras casas religiosas se alejan después de ahuyentar a sus moradores. Pero luego se reanudan los incendios en el Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana «Maravillas» (Cuatro Caminos); Escuela y Convento de Mercedarias (C/ Tiziano-Jaén), Colegio de las Salesianas (Cuatro Caminos), Parroquia de Bellas Vistas (filial de la de Cuatro Caminos) y Noviciado de Religiosas del Sagrado Corazón (Chamartín). Un grupo de soldados a las órdenes del general Orgaz impidieron la destrucción del Colegio de la Compañía de Jesús, también en Chamartín, aunque resultó saqueado.
Mientras ocurrían los sucesos, el Gobierno estaba reunido en Consejo. Miguel Maura volvió a plantear la necesidad de sacar a la Guardia Civil y se repitieron las negativas: «Eso, no —exclamó Azaña—. Todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano […] He dicho que me opongo a ello decididamente —amenazó Azaña— y no continuaré un minuto en el Gobierno si hay un solo herido en Madrid por esa estupidez» (Miguel Maura, ob.cit., págs. 338-339). Finalmente, en vista de que los incendios continuaban, se decidió el Gobierno a proclamar el estado de guerra y el efecto fue inmediato, quedando restablecido el orden.
A partir de la tarde del 11 de mayo, escenas semejantes a las ocurridas en Madrid se reprodujeron en diversos lugares de las provincias de Málaga, Cádiz, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia y Alicante. Fue probablemente en Málaga donde se causaron los mayores estragos debido a la virulencia de los revolucionarios y a que las autoridades no adoptaron medidas contundentes, llegando el Gobernador Militar, general Juan García Gómez-Caminero, a ordenar la retirada de la Guardia Civil que protegía edificios religiosos tras la primera oleada de agresiones para evitar choques con los asaltantes. Además de las iglesias, se destruyeron asilos y colegios; maquinaria, bibliotecas, laboratorios, y aulas. El obispo, don Manuel González García, cuyo palacio fue asaltado e incendiado se vio obligado a buscar refugio en la casa de un sacerdote y en la noche del 13 de mayo marchó a Gibraltar.
En pocos días habían quedado convertidos en cenizas o enormemente deteriorados y saqueados un centenar de edificios; no solamente iglesias y conventos, también centros de enseñanza como la Escuela de Artes y Oficios de la calle Areneros donde se habían formado miles de trabajadores o el Colegio de la Doctrina Cristiana de Cuatro Caminos, donde recibían enseñanza cientos de hijos de obreros; bibliotecas como la de los jesuitas de la calle de la Flor con 80.000 volúmenes, entre ellos incunables, ediciones príncipe de Lope de Vega, Quevedo o Calderón, colecciones únicas de revistas, el archivo del historiador padre García de Villada, producto de años de investigación; cuadros e imágenes de Zurbarán, Valdés Leal, Coello, Alonso Cano… También en el resto de las provincias desaparecieron obras de arte únicas: esculturas y cuadros fueron destrozados a cuchilladas, hachazos o por el fuego.
La reacción gubernamental fue dejar intencionadamente sin respuesta la pregunta por los responsables. El ministro de la gobernación Miguel Maura suspendió los diarios ABC y El Debate, que ninguna parte habían tenido en los sucesos y podían haber servido de cauce de expresión a sus víctimas, y el comunista Mundo Obrero; destituyó al gobernador de Málaga y aceptó la dimisión del director general de Seguridad, Carlos Blanco. También aceptó las dimisiones de los gobernadores de Alicante, Cádiz, Córdoba y Huelva. Pero las consecuencias y depuraciones de responsabilidad por lo ocurrido no pasaron de ahí, dejando claro que al propio Gobierno no le interesaban aclaraciones profundas. Las izquierdas, en general, justificaron las tropelías atribuyéndolas al “pueblo”, excitado por una provocación de los monárquicos, pero, si es injusto identificar al pueblo con unas bandas de revolucionarios y delincuentes, lo ocurrido difícilmente se compagina con una falta de organización y método. Por el contrario, los hechos inducen a pensar en algo preparado y efectuado por una minoría que contaba con complicidades entre los miembros del Gobierno provisional.
En esa línea apunta el testimonio publicado en 1935 por Enrique Matorras, exsecretario del Comité Central de la Juventud Comunista que se convirtió al catolicismo, abandonó el partido e ingresó en Falange Española, siendo asesinado en las matanzas de la Cárcel Modelo de Madrid en 1936. En su libro El comunismo en España. (Sus orientaciones, su organización, sus procedimientos) informa de la actividad organizada por el Partido Comunista
con posterioridad a los sucesos en el Círculo Monárquico y en la redacción de ABC y considera que la agitación y los incendios se realizaron bajo los auspicios del Partido Comunista con ánimo de derribar al Gobierno. Miguel Maura en sus memorias, apunta hacia la responsabilidad de «los elementos seudointelectuales del Ateneo» y de aquellos sectores que reclamaban la deriva revolucionaria del naciente régimen, señalando la participación de los anarquistas.
Aunque todos los indicios apuntan en esta dirección, resulta difícil una respuesta exhaustiva porque la ausencia de intervención formal de las autoridades impidió que se llevara a cabo la identificación y procesamiento de los autores de los desmanes. Una excepción es el caso de Málaga, donde la declaración tardía del estado de guerra y la labor de oficio de los juzgados de la capital, han permitido reconstruir la investigación sobre la autoría material de los incendios y saqueos que fue dirigida hacia la actuación de los más significativos dirigentes comunistas locales (Cayetano Bolívar, Andrés Rodríguez…), quienes fueron detenidos y procesados junto a bastantes delincuentes comunes. Las actuaciones judiciales concluyeron, en la mayoría de los casos, con sobreseimientos y archivos de las causas y con la aplicación del indulto concedido con motivo de la proclamación de Alcalá Zamora como primer presidente de la República. Pero José Jiménez Guerrero concluye apuntando que en los asaltos e incendios se produjo una doble acometida: la inicial, perfectamente programada, en la que la responsabilidad de los dirigentes comunistas parece contrastada y una segunda, de pillaje y saqueo, protagonizada por delincuentes comunes ante la inoperancia de las autoridades (cfr. José JIMÉNEZ GUERRERO, La quema de conventos en Málaga: mayo de 1931. Málaga: Arguval, 2006).
La conclusión que se impone es que los incendios de mayo demostraron que el Gobierno provisional de la República estaba dispuesto a dar alas al laicismo de los partidos revolucionarios tolerando sus manifestaciones de violencia. Para mantener el orden, los miembros del Gobierno se hubieran tenido que enfrentar a los mismos que unas semanas antes los habían encaramado al poder y eso hubiera significado la negación del espíritu revolucionario que había configurado a la República y que tuvo su expresión en el Pacto de San Sebastián y en la formación del Gobierno provisional. Al mismo tiempo, los incendios permitieron plantear la cuestión religiosa como un problema candente en el que se daban la mano el secularismo elitista y burgués de los viejos partidos republicanos y liberales con el activismo laicista de anarquistas, comunistas y socialistas, estos últimos cada vez más lanzados a su deriva bolchevizante.
El origen de la Seguridad Social en España
Desde principios del siglo XX, se iniciaron los primeros programas sociales en España, de carácter voluntario, y orientados hacia los sectores de trabajadores industriales con bajo sueldo. En 1908, el órgano que se fundó para coordinar la actividad fue el Instituto Nacional de Previsión, que delegó en entidades privadas. Desde entonces los seguros aprobados fueron en las áreas de Accidentes de Trabajo, Maternidad y Jubilación. Ampliados en 1939 al de Vejez e Invalidez, que fue transformado en 1947 en el SOVI (Seguro Obrero de Vejez e Invalidez), y el de Enfermedad en 1943. En definitiva, durante el primer franquismo, la previsión social fue restringida, fragmentada y con una cobertura a escasos colectivos. La necesidad de una visión más universal que abarcase a la mayor parte de la sociedad española, vendrá a cuenta del crecimiento económico desarrollado, donde podía causarse experiencias de desempleo coyuntural, distinto al endémico, producto del subdesarrollo del país, que es el que había vivido España durante el siglo XIX y la mitad del XX.
Para ello, se hacía necesario la creación de un Seguro Nacional de Desempleo, sustituyendo la Ley de Subsidio de Paro del 26 de Diciembre de 1959, para resolver el llamado paro friccional, signo de una economía en evolución, y que afectaba gravemente a las familias de algunos trabajadores afectados. Con aquel “parche” se solucionaba el paro temporal que pudiesen sufrir trabajadores, como había sido en el pasado la aplicación del Plan de Estabilización, con el consiguiente cierre de las empresas no competitivas. En aquel Plan se incluía a la mujer en igualdad de condiciones con el hombre, cuando socialmente había pervivido su marginación. A propuesta de Pilar Primo de Rivera, procuradora en Cortes, se aprobó una Ley sobre Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer, que en su art. Primero decía: “La Ley reconoce a la mujer los mismos derechos que al varón para el ejercicio de toda clase de actividades políticas, profesionales y de trabajo, sin más limitaciones que las establecidas en la presente Ley”. El año anterior, se había publicado una batería de fondos que intentaban dibujar la demostración de justicia social que realizaba un Estado: con el fomento del principio de igualdad de oportunidades, que se centraba en el derecho a la formación profesional y a la educación general; a la asistencia social, con la creación de comedores, guarderías y residencia para mayores; a la protección del Trabajo, ayudando a los migrantes, familias numerosas y el desarrollo del cooperativismo; crédito para la difusión de la propiedad inmobiliaria, consistente en facilitar el crédito para la obtención de un hogar, teniendo en cuenta el número de hijos o familiares a cargo. Los patronatos estarán compuestos por miembros de las instituciones oficiales, Movimiento Nacional y organización Sindical.
La Seguridad Social como la conocemos
Sin embargo, la visión universal no llegará hasta la Ley de Bases de la Seguridad Social del 28 de diciembre de 1963, que integra a los seguros precedentes, y abarca un universo que incluye a todos los trabajadores de cuenta ajena, propia, a sus familiares, y aquellos que por su situación laboral entrasen en régimen especial, como funcionarios civiles y militares, estudiantes, socios cooperativistas y servicio doméstico. Incluso se hace la precisión de que se integrarán con los mismos derechos que los españoles; los hispanoamericanos, filipinos, andorranos, portugueses y brasileños. La Ley es planteada, formando parte del espíritu de reformas iniciadas con las administrativas unos años antes, pero planteadas en 1963, por las posibilidades abiertas de financiación con los Planes de Desarrollo. Finalmente, la Ley será aprobada años más tarde, por lo que su aplicación corresponderá a 1967. A pesar de todo, la aplicación de los Planes de Desarrollo incentivó una intensa emigración del campo a la ciudad, quedando sin resolver la necesaria protección social de los cuatro millones de familias rurales. Por esta cuestión el 31 de mayo de 1966, sería aprobada una Ley de Régimen especial Agrario, que protegiese a un colectivo que había sido fundamental en la articulación popular del bando nacional durante la pasada guerra civil. Esta Ley se verá completada con la Ordenanza General del Campo, del 2 de octubre de 1969, donde se establecen las ocho horas como jornada laboral del campo, y algo más adelante por la Ley de Empleo Comunitario del 22 de Diciembre de 1970, para aquellos jornaleros con paro estacional, que no pudiesen mantener unos ingresos regulares.
Con la adaptación de este modelo social que exigió un intenso gasto que llevó al Estado a la construcción de una red asistencial sanitaria de 150 hospitales y un millar de ambulatorios, convirtió a la Seguridad Social, en uno de los pilares del régimen. Si en 1946, los seguros existentes cubrían a un 28,5 % de la población; en 1963, fue el 49,7 %; en 1970, ya con la Seguridad Social en funcionamiento, un 63,8 %; y en 1978, un 81,7 %.
Pecado… Sí, Arrepentimiento…, No.
El reconocimiento del pecado terrorista etarra y sus consecuencias horrendas, hecho el día 18 de octubre de 2021 por un tal Otegui, implicado en esa banda antiespañola y marxista, no tiene nada que ver con el arrepentimiento y petición de perdón público ante aquellos atropellos diabólicos que sembraron de sangre, dolor y desgracias criminales en familias, militares, empresarios y ciudadanos inocentes.
Solo se puede absolver cuando, además de reconocer el pecado, se manifiesta una inconfundible petición de perdón.
Limitarse a una declaración pública del horrible pecado genocida e indiscriminado en muchos casos (que clama pena capital de estricta justicia en ley natural y divina-positiva), no es más que un número teatral leído en un papelito redactado por la política independentista y lacaya, como “la voz de su amo”, para cosechar como contrapartida el acercamiento a casa de terroristas encarcelados, y que no denota ninguna sinceridad del declarante, con el agravante como inconsecuencia de la actividad en un partido independentista llamado Bildu, y que no sigue asesinando por impotencia logística, no porque no quisiera si pudiese.
Señores independentistas, chulescos antiespañoles: “la confesión de boca” no es suficiente sin la “contricción de corazón”, y menos sin “propósito de la enmienda”, al mantener el rescoldo revanchista del independentismo anacrónico y antipatriótico, ni “satisfacción de obra” reparando en lo posible los daños causados, como serías documentar y delatar a los autores de tantos crímenes aún no aclarados ni resueltos, y resarcir en lo posiblemente social las catástrofes materiales de los bambazos incontrolados en vehículos, edificios y familias.
Hay otra cuestión más sospechosa contra la sinceridad de esa declaración del pecado: el haberla hecho a distancia de diez años.
¿Tanto tiempo sin darse cuenta de los casi mil asesinatos por esa terrorífica banda y sus consecuencias familiares, políticas y económicas?
¿Con Franco se gastaba tanto dinero en guardaespaldas y en artificios desmontadores de bombas?
¿Quién les ha mandado, insinuado o pactado esa declaración, leída con maloliente sabor a insinceridad hipócrita?
El pueblo español también ha pecado de falta de exigencia de justicia proporcionada de pena capital para erradicar a tiempo aquella masacre casi diaria de inocentes, multiplicando manifestaciones contra ETA, que ya resultaban aburridas por inoperantes, sin la sanción estrictamente proporcionada, como es erradicar a los elementos de peligrosidad pública, en defensa de la paz social y el normal funcionamiento del progreso integral nacional.
Quedan otros muchos pecados aún no reconocidos en ese capítulo terrorista y esta vez faltan los de los colaboradores y encubridores de tantos jerarcas eclesiásticos vascos que han creado la banda en un seminario diocesano vasco.
Cómplices por pecado de omisión, comisión y encubrimiento, ocultando terroristas y bombas en torres y sacristías, como el que captó mi amigo don Antonio Tejero, en una inspección judicial, encontrándole al Párroco la pistola escondida en el Sagrario de su parroquia.
¿Cuándo esa parte del clero vasco hará su declaración de complicidad vergonzosa y profanadora de su sublime misión santificadora…?
Y a ver cuándo estos “paradisiacos demócratas progresistas” nos reconocen que esto con Franco… ¡no pasaba!
Garabandal (1)
“Hasta San Sebastián de España (até Sao Sebastiao da Hespanha)” dijo la Virgen cuando se despidió de los pastorcitos portugueses el 13 de octubre de 1917. Así se publicó en un libro carmelitano editado en Brasil hacia los años de 1930, al que tuvo acceso el padre Alipio Martínez Fernández, quien se lo comunicó al Obispo de Santander, Monseñor del Val, en 1990. Monseñor João Pereira Venâncio, que fue Obispo de Leiría-Fátima entre 1958 y 1972 (murió en 1985), año en que dimitió, dijo que no comprendió el significado del anuncio hasta que conoció las Apariciones de “San Sebastián de Garabandal”, pues ese era el nombre completo del pueblecito santanderino en el momento de las apariciones.
Fátima y Garabandal
Dado que la tercera parte del mensaje de Fátima no se dio a conocer en 1960, tal como Lucia testimonió que ordenó la Virgen, parece lógico pensar que ello dio lugar a que Nuestra Madre volviera a aparecerse en 1961 para comunicar sus Mensajes. También debemos tener presente que Juan XXIII convocó en 1962 el Concilio Vaticano II, cuyos torcidos enfoques y aplicación, por muchos propiciados, han sido fuente de tantos y tan graves errores.
Monseñor Pereira, quien consideraba a las Apariciones de Garabandal como una continuación de las Apariciones de Fátima, dijo: “el Mensaje dado por la Santísima Virgen María en Garabandal es el mismo que antes dio en Fátima, adaptado a nuestro tiempo. La Bendita Virgen no pudo decir en Fátima en 1917 sobre la crisis del sacerdocio y la crisis doctrinal, especialmente la Eucaristía, porque no existían tales crisis en ese entonces, por ello lo dijo luego claramente en Garabandal… Es Garabandal extraordinario en sus perfiles proféticos, porque es la primera vez que un Milagro coincidirá con un gran evento en la Iglesia, lo cual tendrá como consecuencia que el carácter profético de Garabandal sea inmenso”.
Las Apariciones Marianas de Garabandal
Con el fin de prepararlas para la venida de la Virgen María en la tarde del domingo 18 de Junio de 1961 tuvo lugar la primera Aparición de San Miguel a Conchita González González (nacida el 7 de febrero de 1949, 12 años), Jacinta González González (nacida el 27 de abril de 1949), Mari Loli Mazón González (nacida el 1º de mayo de 1949) y Maricruz González Barrido (nacida el 21 de junio de 1950). A pesar del apellido González, común a las cuatro, no tenían parentesco próximo entre sí. Así pues, en el momento inicial tres de ellas tenían 12 años y la cuarta 11. La Virgen se les aparece por primera vez a las 4 niñas el 2 de Julio.
Ocurrió en San Sebastián de Garabandal, pueblo santanderino situado a los pies de la histórica Peña Sagra y en las estribaciones de los Picos de Europa. Está asentado en una pequeña meseta en medio de las estribaciones de la cordillera Cantábrica, a 600 metros de altura y a 90 kilómetros de Santander.
San Miguel se apareció varios días a cuatro niñas
El 8 de agosto de 1961 el jesuita Padre Luis María Andreu fue el primer sacerdote que vió a la Virgen de Garabandal al mismo tiempo que las niñas (gritó cuatro veces: ¡milagro!); también vio el Milagro “que viene” y, cuando bajó al pueblo, dijo al párroco de Cosío y Garabandal D. Valentín Marichalar: “lo que las niñas dicen es verdad”. Luego, durante el viaje de vuelta a Cosío dijo: “Para mí ya no hay duda de que lo que dicen las niñas es verdad, ¡qué gracia más grande me ha dado la Virgen!, ¡qué Madre mas buena tenemos en el Cielo!, hoy es el día más feliz de mi vida”. Murió de felicidad y sin dolor durante aquel corto viaje. D. Valentín, el párroco, terminó creyendo en las apariciones porque recibió la prueba personal e inequívoca que él mismo había pedido a la Virgen.
El sacramento de la Eucaristía estuvo muy presente en el mensaje de Garabandal. Las niñas recibieron la comunión frecuentemente, administrada por el Arcángel San Miguel. Hay muchas fotografías donde aparecen comulgando, pero sin que se vea la Hostia. Pero el 18 de julio de 1962 Conchita entró en éxtasis y una Hostia visible apareció repentina y misteriosamente en su lengua; fue el denominado ‘Milagruco’ pedido por la niña. Alguien logró hacer película de este milagro. Años después, en Peña Blanca (Chile, de 1983 a 1988), similares comuniones milagrosas, de las que se hicieron fotografías nítidas de día.
El sábado 13-XI-1965, Conchita, que aun vive (también Mari Cruz), fue testigo de la última aparición en Garabandal; luego tuvo algunas locuciones más. En total fueron unas 2.000 apariciones/locuciones, incluyendo la del Sagrado Corazón de Jesús, las de la Virgen (del Carmen) fundamentalmente, y las de los arcángeles Miguel y Gabriel, y el apóstol Santiago.
Los éxtasis
Las apariciones iban precedidas de tres “llamadas interiores” de intensidad era cada vez mayor. Muchas veces sus rostros adquirían una expresión beatífica de gran belleza, se les dilataban las pupilas y echaban la cabeza completamente echada hacia atrás (hiper extensión del cuello), incluso caminando. Y ya fuese por minutos o por horas nunca sufrieron lesión muscular o fatiga alguna. Perdían la sensibilidad táctil. Cuantas veces cayeron violentamente de rodillas sobre los adoquines o las piedras, no se hicieron daño, y hay que tener en cuenta la instantaneidad de las caídas (en las películas de las cámaras “súper 8”, e incluso de 8 mm, se pasaba de un fotograma en el que las niñas estaban de pie al siguiente de rodillas); eran insensibles al contacto físico, los “flases” de las máquinas de fotos, los pinchazos, incluso con agujas de coser sacos, y las quemaduras de cerillas; la rigidez y el peso que adquirían sus cuerpos era tal que incluso dos hombres no pudieron levantar a una, mientras ellas se alzaban con facilidad para acercarse a la Virgen.
Además de las comuniones místicas, a veces levitaban: el Brigada de la Guardia Civil Juan Álvarez, en una de ellas, pasó la mano por debajo del cuerpo de Conchita y comprobó que estaba en el aire, el doctor Celestino Ortiz Pérez hizo lo mismo en otra ocasión, y un guardia civil pasó su fusil por debajo en una tercera. En ocasiones sufrían “caídas extáticas”, pasando de estar de pie a inclinarse hacia atrás hasta quedar en posición horizontal al nivel del suelo, pero sin tocarlo, sin usar las manos y sin que sus ropas se levantaran indecorosamente, poniéndose de pie de igual inexplicable manera. En ocasiones el movimiento de las cuatro era sincronizado.
Durante las “marchas extáticas” iban con la cabeza hacia atrás, incluso andando de espaldas y por caminos muy difíciles, empinados y a veces de noche, resbaladizos por lo mojados, e incluso a paso rapidísimo que hacía casi imposible el seguirlas; podían detenerse instantáneamente o deslizarse por el terreno con los brazos abiertos, tocando apenas el suelo con la punta del pie solamente. Una vez, tres de las niñas iban agarradas del brazo camino del cementerio y pasaron por una tabla que salvaba un arroyo, tan estrecha que sólo cabía una persona, pero las tres pasaron a la vez: la del medio por la tabla, y las otras dos por el aire. A pesar de ello no sudaban y tenían el pulso normal y la respiración normal.
Algunas personas hacían llegar a las niñas diversos objetos durante los éxtasis, los cuales eran presentados por estas a la Virgen, sin conocer a los dueños y sin ningún orden, siendo devueltos siempre sin error a sus propietarios (hierognosis: reconocimiento de personas y objetos sagrados ocultos).
Los Mensajes: El Castigo
1er mensaje (18-X-1961)
“Hay que hacer muchos sacrificios, mucha penitencia. Tenemos que visitar al Santísimo con frecuencia. Pero antes tenemos que ser muy buenos. Si no lo hacemos nos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos, nos vendrá un castigo muy grande”.
2º mensaje (18-VI-1965).
La Virgen dijo: “Me da mucha pena decíroslo Yo, pero os lo tengo que decir para vuestro bien”, por esta causa fue el Arcángel San Miguel quien lo dijo a Conchita:
“Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los Sacerdotes, Obispos y Cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. La Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del Buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si Le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación.
Pedidnos sinceramente y Nosotros os lo daremos.
Debéis sacrificaros más, pensad en la Pasión de Jesús.
“Las noches de los gritos”: El Aviso y El Milagro
La víspera del Corpus de 1962 (jueves 21 de junio), el martes 19 a las 22:30 estaban Jacinta, Mari Loli y Mari Cruz en el ‘Cuadro’ (un lugar acotado con troncos en “La Calleja”, el empinado camino hacia “Los Pinos”), según el párroco D. Valentín: «“las niñas lloraban y decían: “¡No nos digas eso! Llévanos a nosotras… ¡Que se confiesen… que se preparen!” … Duró cincuenta minutos”».
Según los apuntes de don Celestino Ortiz, a Conchita … “su madre no la dejaba salir, por tener bastante mala una rodilla. De pronto, la niña se queda en éxtasis, cayendo tan bruscamente de rodillas, que se hizo sangre. … extática como estaba, cogió una cuartilla y sosteniéndola por el borde inferior, ¡en el aire!, empezó a escribir sobre ella con un bolígrafo”.
«La Virgen nos ha dicho (es difícil precisar si fue la Virgen quien personalmente les dijo estas cosas, o lo hizo por medio del arcángel…) que no esperamos el Castigo; pero, sin esperarlo, vendrá; porque el mundo no ha cambiado, y ya lo ha dicho con ésta dos veces; y no la atendemos, porque el mundo está peor; y hay que cambiar mucho, y no ha cambiado nada. “Preparadvos (forma incorrecta del imperativo, en vez de preparaos), confesar, que el Castigo pronto vendrá, y el mundo sigue igual… Lo digo: que el mundo sigue igual. ¡Qué pena que no cambie! Pronto vendrá el Castigo muy grande, si no cambia”». (Mensaje del 19 de junio de 1962, con las firmas de Mari Loli y Jacinta).
De acuerdo con las declaraciones del marido de Jacinta a la revista neoyorkina Needles (febrero de 1978), lo que Loli y Jacinta vieron y entendieron durante la primera “noche de los gritos” fue a propósito del Aviso, y la noche siguiente (miércoles 20) fue cuando ellas dos y Conchita tuvieron las visiones sobre el Castigo. Parece que, o Jacinta y Loli no entendieron bien por entonces la distinción entre Aviso y Castigo, o que ellas, deliberadamente, guardaron completo silencio a propósito del Aviso, pues sólo Conchita, y ya tardíamente (como consecuencia de su visión del 1 de enero de 191965), empezó a decir cosas sobre un Aviso que iba a venir antes del Milagro.
El manejo de las voluntades: el miedo inducido allana el camino al abismo
La facilidad con la que hoy se manejan las voluntades de poblaciones enormes es tan sorprendente como entendible —hasta cierto punto—, dada la capacidad superlativa de la que disponen las «élites» que mueven los hilos del mundo. Esos presupuestos ilimitados, y digo bien, ilimitados, puesto que los capitales multimillonarios de quienes perversamente manejan estos hilos circulan a altas velocidades por los circuitos electrónicos de las entidades bancarias, que ellos mismos controlan. El 95% del dinero que posee la ciudadanía mundial no es más que apuntes bancarios en la etérea informática.
Grandes emporios financieros, participados por clanes familiares de sobra conocidos —tres destacan sobremanera por su longeva existencia y sus inicuas responsabilidades: Rothschild, Rockefeller y Morgan—, asentados en los Estados Unidos de Norteamérica en su mayoría, todos masones e importantísimos miembros del Club Bilderberg, parecen coincidir en alcanzar el dominio de la voluntad de la humanidad, al menos de aquella que habita occidente, y muy particularmente la tan acomplejada europea, en porcentaje muy elevado pusilánime y compradora del mensaje único implantado que dinamita los pilares de nuestra civilización: aborto a la carta; eugenesia; pandemias fabricadas; calentamientos del globo terráqueo a manos del hombre, etcétera. Uno de los objetivos inconfesables, pero confesados sin pudor, es la aniquilación de, al menos, el 15% de la población, en los próximos años; mejor antes que tarde. Ellos se sienten habitantes de otra dimensión.
Sonará a chino o a arameo mis afirmaciones a muchos de los lectores de estos párrafos. Lo cierto es que le sonaría a chino a la mayor parte de la población, independientemente de si se tiene formación universitaria, se es bombero, panadero o un reputado supuesto intelectual (tendríamos que definir bien el término). Una parte notable —y preocupante— de la población sólo se informa a través de los medios de comunicación de masas, especialmente televisiones, que mantienen en general ese mensaje único, una realidad oficial, sobre cuestiones tales como el llamado cambio climático o calentamiento global, consecuencia de la perniciosa mano del hombre, que lleva la Tierra a su destrucción; así como la supuesta pandemia mundial provocada por la expansión del virus SARS-CoV-2, que aglutina un mismo mensaje único, divulgado como ningún otro por medios de comunicación de masas (nunca mejor dicho), gentes de la farándula, la intelectualidad, creadores de opinión y gobernantes de todos los órdenes, además de todo dirigente de cualquier institución supranacional aferrado a su cargo tan bien remunerado.
Se difunde un mensaje permanente de terror, de catástrofe climática o sanitaria, con el objeto de atemorizar a la población, acojonarla hasta tal punto que la gente salga a la calle desierta a tirar la basura con la mascarilla apretada de la nuez hasta las cejas.
En esta etapa histórica que nos ha tocado vivir, por si fuera poco, ha desembarcado, con todo su poderío, un nuevo elemento que favorece el establecimiento del «mensaje único», de la verdad establecida a golpe de adoctrinamiento multitudinario de la población: las grandes tecnológicas que controlan Internet y sus llamadas redes sociales y diversidad de plataformas de publicación audiovisual, tales como Microsoft, Google, Amazon, YouTube, Instagram, Facebook, Twitter, etcétera. Sus propietarios, bien conocidos, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, entre otros, todos multimillonarios, todos carente de escrúpulos, todos abrazados al lado oscuro, se han unido a los todopoderosos iniciadores del horripilante proyecto Agenda 2030, que establecerá las bases legales, económicas e ideológicas que subyugará a la ciudadanía —al menos occidental— al Nuevo Orden Mundial: el asesino de nuestra libertad individual en todos los sentidos.
Este es el panorama: millones de espectadores atrapados —cada vez más horas, porque el invento se hizo para ello— en sus salones, ante la pantalla adoctrinadora, a través del cine, series (aquí actúan, como la heroína, Netflix, Amazon Prime Video, entre otros), informativos, tertulias, debates, y un largo etcétera de oferta audiovisual que controlan los mismos —en inmenso porcentaje— que inoculan cada día el mensaje único que trata de llevarnos hacia el Nuevo Orden Mundial, insisto, la muerte de la libertad en Occidente. Sumemos la presencia ante los móviles y ordenadores, en sus redes, donde todo aquel defensor —instituciones, ministerios, etc., incluidos— del mensaje único: «Todos a vacunarse contra el covid»; «Bendita vacuna salvadora»; «Malvados negacionistas»; y más y más y más pendejadas que dirían por hispanas tierras a la otra orilla del Atlántico, tienen lubricado el camino para su difusión. No así quienes alertamos de la gran farsa; quienes defendemos, por ejemplo, la libertad de decidir si nos inoculamos o no un brebaje no experimentado, cuyas consecuencias sobre nuestra vida y salud son, como poco, inciertas; pero muy ciertas las fatales consecuencias de inocularse este brebaje, medicamento transgénico, que ya sostienen miles de científicos que son ignorados por los medios, censurados en las redes y vilipendiados por los gobiernos e instituciones de toda índole, empezando por los colegios médicos, infladitos a cheques de farmacéuticas. Porque sabrás que cualquier publicación que exprese contrariedad sobre el mensaje único establecido es censurada, cuando no cerrada la cuenta del titular, en cualquier plataforma digital propiedad de los poderosos abrazados al lado oscuro.
Seguimos con el turbio (o cristalino, según se mire) panorama: Entre tanto, y desde un principio, los mandatarios de los estados y gobiernos de medio mundo (Biden, Macron, Merkel, Sánchez, valgan como nefasta muestra), se han vendido —alma incluida a Lucifer, más de uno y de dos— a los poderosos manejadores de los hilos del mundo, con la complacencia y complicidad —en beneficio propio, por supuesto— de la China comunista, el más tiránico régimen del planeta, por ahora. El Foro Económico Mundial, Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, la Comunidad Europea y tantas otras instituciones supranacionales, todos al servicio de los urdidores de la Agenda 2030, legislan y operan a favor de los intereses de sus amos; acorralando cada día más la libertad de los ciudadanos, empezando por la soberanía de los pueblos, a favor de un gran Estado, un Estado Único europeo, como poco, para hacer boca, por el que trabaja enconadamente desde hace décadas George Soros, brazo ejecutor de los de más arriba.
Y los hay, mayoritariamente, ciudadanos abducidos por tan demoledor adoctrinamiento, que niegan (o no quieren ver) tales evidencias sobre las intenciones de las élites del lado oscuro: «En 2030 no tendrás nada y serás feliz», una de las conclusiones publicadas por el Foro Económico Mundial tras el encuentro en Davos en enero de 2021. Para empezar pretenden aniquilar nuestro derecho a la propiedad; ¿qué te parece? ¡El gran reinicio!
Usted, amable lector de estas líneas, si aún cree que lo que aquí afirmo es solo conspiranoia, aunque sea reincidir, piense en esto: los clanes familiares más poderosos del mundo, así como grandes corporaciones, todos abiertamente defensoras de la Agenda 2030 —de la inoculación masiva de la población (con coacción incluida); de las reclusiones masivas en aras del acojonamiento poblacional, con el consiguiente jaque a la economía de las clases medias occidentales y mayor empobrecimiento de nuestros pueblos; de la nueva ideología climática, salvadora del planeta que el malvado hombre está destruyendo—, todos ellos participan y controlan los dos más grandes fondos de inversión del mundo, BlackRock Inc. y Vanguard Group, que entre ambos manejan 17’2 billones de euros, siendo hoy la tercera potencia después de EE.UU. y China, y camino de ser la primera. Son poseedores de los mayores paquetes de acciones de los más importantes bancos, farmacéuticas (incluidas las fabricantes de las “vacunas” anti covid), medios de comunicación, empresas energéticas, sólo para empezar. Este emporio financiero es manejado por quienes han urdido la Agenda 2030, la puerta de acceso al Nuevo Orden Mundial, donde no tendrás nada y serás feliz; donde comerás filetes de vete tú a saber qué porquería sintética o de hierbas transgénicas, que te venderá Bill Gates o sus herederos; donde no dispondrás de dinero en efectivo, sino del que te permita el Nuevo Orden disponer, en función de tu buen comportamiento —genuflexo con el Poder—, tal como hoy sucede en China, donde mil millones de cámaras urbanas vigilan a sus habitantes.
Sólo pretendo (y nada menos) con este artículo, aportar a los lectores de esta publicación (que aún acepten como bueno el mensaje oficial; que lo consideren como el único posible), un conjunto de datos y unas reflexiones que le ayuden a pensar más allá de lo que dicen los medios y gobernantes. Más allá de la visión que el temor apropiadamente inducido les deje abrir los ojos. No hace mucho escribí en las redes lo que sigue entrecomillado:
«Muy, pero que muy lamentablemente compruebo que la ciudadanía española, en relación a la europea, es la que en mayor porcentaje carece de espíritu crítico, de capacidad de deducción y de auto-protección ante la más que evidente brutal ofensiva del mensaje único. Por el contrario, muchos de aquellos que dudan de la farsa delincuencial, ante la dificultad anímica que conlleva enfrentarse a la masa adoctrinada, se une a ella, incluso arrogándose una autoridad moral sobre los que defienden (defendemos) su criterio contrario al dominante. Hasta tal punto, en demasiadas ocasiones, que señalan, condenan, vituperan a quienes mantienen (mantenemos) sus principios en defensa de la libertad de decidir [sobre inocularnos o no un medicamento transgénico, por ejemplo], apoyándose los primeros, cobardemente, en el poder del Estado o de la autoridad en según qué casos».
Si amas tu libertad y tu identidad (y la de tus hijos y nietos); tu vida e integridad física, y aún sigues anclado al mensaje único establecido, al menos reflexiona sobre lo aquí expuesto.
Los presos del Valle se reenganchan
Mucho se ha hablado de los presos del Valle de los Caídos y casi siempre con la peor de las intenciones que no es otra que alimentar la leyenda negra en contra de la construcción del Valle de los Caídos y que es por todos conocida. Todos y cada uno de los autores que han escrito sobre el Valle de los Caídos y sus presos trabajadores nos han descrito a éstos casi como penados en condiciones de trabajo cercanas a la esclavitud y desde luego obreros forzosos en la construcción del Valle de los Caídos. Una vez más debemos desmentir ese supuesto, y lo hacemos con la rotundidad y la seguridad que otorga el hecho de haber examinado con atención y detenimiento las fuentes documentales primarias que arrojan unas conclusiones definitivas respecto al modo de vida de los presos en el Valle, conclusiones diametralmente opuestas a las que hasta ahora habíamos tenido oportunidad de conocer en las obras de aquellos autores (Sueiro, Olmeda, Calleja, etc) que resulta obvio no habían consultado ni del modo más mínimo la documentación primaria en ninguna de sus fuentes.
En AFÁN ya hemos tenido la oportunidad de “presentar” al lector una pequeña muestra de quienes fueron los famosos presos del valle y sobre todo los sanguinarios hechos por los que fueron condenados al finalizar la guerra y que terminaron motivando su voluntaria presencia en las obras del Monumento Nacional a los Caídos donde se le dio la oportunidad de redimir con su trabajo sus condenas que en el 90% de los casos era de pena capital inmediatamente conmutada por la de inferior grado, 30 años de reclusión mayor.
En este número de AFÁN traemos, de modo esquemático, una breve reseña de otros cuatro presos del Valle que redimieron convenientemente sus condenas acogidos al sistema de redención de penas por el trabajo ideado por el físico español, el religioso jesuita José Agustín Pérez del Pulgar. El sistema de redención de penas por el trabajo ideado por Pérez del Pulgar otorgaba al preso la oportunidad de trabajar de modo remunerado mientras se computaban los días de trabajo como días de redención de condena.
En el caso del Valle de los Caídos la proporción de días redimidos por cada día trabajado llegó a ser de 6/1, es decir, 6 días redimidos por cada día trabajado, cómputo que aseguraba al condenado a 30 años de reclusión mayor la libertad en un periodo de 5 a 6 años, periodo de tiempo que nunca se llegaba a cumplir estrictamente al existir otra serie de beneficios en el cómputo total de la condena basados en el buen comportamiento y en la constante concesión de indultos. Hay que recordar que el hecho de utilización de mano de obra reclusa para todo tipo de obras ya se estableció al principio de la guerra por el gobierno de la II Republica (B.O.E de 27 de diciembre de 1936) en el que se creaban “los campos de trabajo para los condenados por los Tribunales Especiales Populares, que entienden en los delitos de rebelión, sedición y todos aquellos que en lo sucesivo puedan entender el Tribunal Especial Popular, y para los condenados por la desafección al régimen por los jurados de urgencia.” La diferencia entre el sistema ideado por la república y el establecido por el jesuita Pérez del Pulgar es tan simple como demoledor. En el modelo republicano no se contempla la redención de penas por el trabajo ni la remuneración económica a los presos por su trabajo, ni mucho menos la atención económica a las familias de los penados mientras éstos lo fueran, cuestiones que estaban perfectamente regulados en el sistema adoptado por el Gobierno triunfador en la guerra.
Como hemos comentado con anterioridad en estas mismas líneas, traemos aquí y ahora otra muestra de quienes fueron los presos trabajadores del Valle. En este caso fueron doblemente voluntarios, ya que voluntaria fue su presencia en el Valle y voluntaria fue su permanencia en el Valle una vez redimidas sus condenas, o bien por el cómputo entre los días trabajados y los redimidos o bien por la consecución del beneficio de indulto que la legislación española puso a disposición de todos aquellos que lo solicitaran y en quienes concurrieran las condiciones necesarias para la consecución del beneficio.
Estos presos, como tantos otros solicitaron quedarse a trabajar como obreros libres en el Valle una vez redimida convenientemente sus condenas.
RECLUSO: Agapito Moreno Torrero, alias “Bucio”
Destacamento penal de la carretera, (Banús)
Del Archivo General e Histórico de la Defensa
Sumario: 175, legajos 4546 y 2214
DOCUMENTOS DEL SUMARIO
• 48 años de edad en 1946, hijo de Tiburcio y de Carmen. Natural y vecino de Tarancón, (Cuenca).
• 26/01/1944. Consejo de guerra.
De antecedentes izquierdistas, afiliado a la U.G.T. en el pueblo de Tarancón donde realizó activa labor comunista después del Movimiento Nacional persiguiendo a personas de derechas y capitaneó el grupo de milicias que efectuó la detención de D. Gabriel Domínguez pretendiendo quemar la casa en la que se refugiaba, y participando en la destrucción de la Iglesia el 08 de septiembre de 1936.
Tomó parte directa en los asesinatos de D. Adrián Domínguez, Teodoro García, D. Joaquín del Pozo y D. Jesús de la Torre.
Es condenado a muerte por un delito de adhesión a la rebelión.
• 07/04/1944. Se le conmuta la pena de muerte por la inmediatamente inferior, 30 años de reclusión mayor.
• 12/02/1946. Solicita indulto desde el destacamento penal de la carretera de Cuelgamuros.
• 08/09/1947 Fiscal jurídico militar desaconseja el indulto.
• 12/09/1947. Se le concede el indulto
• 02/10/1947. Se le notifica el indulto en el destacamento penal de la carretera de Cuelgamuros. Existe certificado de liberación definitiva.
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RECLUSO: Blas Ortiz Carrascosa
Destacamento penal del monumento (San Román)
Del Archivo General e Histórico de la Defensa
Sumario: 2093, año 3477
DOCUMENTOS DEL SUMARIO
• Natural de Santa María del Campo Rus, (Cuenca), hijo de Pablo y de Modesta. 29 años en 1939
• 11 /04 /1939. Denuncia de Patricia Gómez Jareño, viuda de 31 años:
– Que, en agosto de 1938, Blas Ortiz Carrascosa asesinó a su marido Patricio Moya Valladolid en el frente de Extremadura. Ambos pertenecían a la misma escuadra. Dice lo asesinó por venganza al ser la victima de derechas. Registró sus ropas y quedó con sus dineros.
• 30/01/1941. Fiscal jurídico militar pide pena de muerte.
• 10/04/1943. Abogado de su defensa solicita 12 años y un día.
• 10/04/1943. Procedimiento sumarísimo.
– Queda probado que el procesado Blas Ortiz Carrascosa, de filiación marxista, estando afiliado a la U.G.T, en la que ejerció cargo de secretario durante el Glorioso Movimiento Nacional, se unió a las milicias que llegaron de otros pueblos, actuando como miliciano armado, ostentando el cargo de cabo de milicias, y actuando en desarmar personas de orden.
Marchó al ejército rojo, y encontrándose en el frente, fue muerto su convecino Patrocinio Moya, sin que conste debidamente comprobado el extremo de haber participado, aunque sí participó con otros soldados de su unidad en el reparto del dinero de la víctima y lo que tenía en el macuto, hechos éstos igual que los anteriores confesados por el encantado en el acto de la vista, a preguntas del ministerio fiscal, encontrándose presente cuando el mencionado Sr. Moya fue fusilado por orden del Teniente de la compañía, confesado en el acto este extremo a preguntas de la ponencia, sin que se halle comprobado disparase.
• 17/07/1943. Se le condena a la pena de muerte por un delito de auxilio a la rebelión, pero procede su conmutación a la de inferior grado, 30 años de reclusión mayor.
• 25/08/1943. Estando interno en la prisión de Ocaña, se le comunica su conmutación de pena de muerte, por la de 30 años de reclusión, siendo computable el tiempo pasado en prisión, resultando de este modo, que le quedan por cumplir 25 años, 10 meses y 6 días.
• 02/12/1945. Solicita el indulto estando en Cuelgamuros.
• 02/08/1946. El jefe de su destacamento penal en Cuelgamuros, César de Santiago Milla, le comunica definitivamente su libertad.
• Casi 26 años de condena redimida en poco menos de tres años.
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RECLUSO: Eleuterio Gil González
Destacamento penal de la carretera, (Banús)
Del Archivo General e Histórico de la Defensa Sumario: 19703, legajo 5434
Sumario: 13773, legajo 4272
DOCUMENTOS DEL SUMARIO
• Natural de Navafría, (Segovia). De profesión vaquero, vecino de Madrid, hijo de Eustaquio y Antonia. 29 años de edad en 1939. 1 hijo.
• El encartado y otro llamado Honorio Alonso, ejercieron los cargos de presidente y secretario del comité de incautaciones de las vaquerías de Madrid.
Intervinieron en toda clase de requisas y saqueos y robos, interviniendo en el asesinato del patrono Celestino Sainz, al que dieron muerte los procesados y cuyo crimen ocultaron a la viuda e hijos de la víctima, diciéndoles que se había pasado a zona nacional y que se encontraba en León y Burgos.
• 10/04/1939. Denuncia de Luis Martín Hernández, de 39 años de edad, domiciliada en Madrid, calle Francos Rodríguez nº13. Manifiesta que su marido Celestino Sanz Burgués, de 40 años, de profesión industrial, (Vaquero), afiliado a F.E.T y de las J.O.N.S desde 1935 con el número 1020, al día siguiente de estallar el movimiento nacional, recibió una llamada en su establecimiento, diciéndole que se presentara sin falta en el centro comunista de Cuatro Caminos.
Teniendo miedo de hacerlo, se presentó en la comisaría del distrito y allí durmió aquella noche. AL día siguiente, el comisario de policía le dijo que no podía permanecer por más tiempo allí, porqué no había orden de detención contra él. De allí se marchó a casa de una hermana para ocultarse, en la calle Gobernador 23 y no pudo quedarse allí, al ser su hermana Teresa Sanz Burgués de bastante significación fascista. De allí tuvo que marchar, y lo hizo a casa de otra hermana que vivía en la calle Postas 36. En el trascurso de esta peregrinación, seguían acumulándose denuncias contra él, por fascista y por querer robarle su industria.
El sindicato de vaqueros de la C.N.T, comunicó a la denunciante, que sí su marido Celestino no se presentaba en el sindicato, se incautarían de su industria.
Días después, en el mes de septiembre de 1936, se personaron en la vaquería 3 sujetos, uno de ellos llamado Honorio Alonso Vancés, domiciliado en la calle Ávila nº5, Cuatro Caminos, que en ese momento ostentaba el cargo de presidente del comité de vaqueros.
Este Honorio fue durante 6 años, el encargado de la vaquería de Celestino. Éste aseguró que, si se presentaba Celestino en el sindicato, le avalaría. Los dos sujetos que acompañaban a Honorio eran un tal Frutos, (Teodoro de Frutos), y un tal Saturnino, secretario y tesorero del citado comité de vaqueros.
Al día siguiente y ante las garantías ofrecidas por el tal Honorio, Celestino se presentó ante el citado sindicato, sito en la calle de la Luna, (Palacio de Monistrol). Allí, ante pistolas que lo apuntaban, firmó la cesión de su industria al sindicato de vaqueros. En principio le respetaron la vida, y Celestino quedó trabajando en su industria como un obrero más.
Un día Celestino no llegó a casa a cenar y dormir y la denunciante fue por la noche a preguntar a Honorio sobre el paradero de su marido. Éste le dijo que había conseguido pasarlo a zona nacional con un sacerdote y que estaba en Burgos.
Eleuterio Gin González, que era dirigente en el comité de vaqueros e intervino en la desaparición de Celestino y fue uno de los asaltantes en el cuartel de la Montaña y en el de María Cristina, siendo comisario político de una brigada.
Pertenecía a los grupos que en los primeros días del movimiento se dedicaban a sacar de sus domicilios a los patronos y obreros de ideas antimarxistas.
• 27/08/1943. Consejo de guerra. Son condenados por un delito de auxilio a la rebelión a la pena de muerte. Se les conmuta a 30 años de reclusión mayor.
• 19/11/1945. Solicita indulto desde el destacamento penal de la carretera del Monumento Nacional a los Caídos.
• 23/11/1946. EL fiscal jurídico militar se muestra contrario a la aplicación del indulto.
• 27/11/1946. El capitán general de la 1ª región militar desoye al fiscal y le concede el indulto.
• 21/12/1946. Se le notifica la libertad en Cuelgamuros.
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RECLUSO: Isidoro Parra Artés
Destacamento penal del monasterio del Valle, (Molán)
Del Archivo General e Histórico de la Defensa
Sumario: 48825, año 1939, caja 2179, nº1
DOCUMENTOS DEL SUMARIO
• En prisión preventiva desde el 31 de agosto de 1939. 27 años de edad en 1939. Hijo de José y María. Natural de Madrid, casado. De profesión broncista. Trabajador de Gas Madrid S.A.
• Oficio de depuración de responsabilidades de Gas Madrid.
Según investigaciones hechas por esta oficina aparecen los siguientes cargos: haber sido comisario de la 70ª brigada en el periodo rojo y había pertenecido a la checa de fomento. Perteneció al “Ateneo Libertario de Barrios Bajos”. Intervino en el asesinato de estanquero de la Ronda de Toledo nº5, D. Manuel García.
Declaran dos testigos, José María Vilar Torrejón y José María Ángel Manzano, que el encartado contaba durante la dominación roja, que había pertenecido a la checa de Fomento y, si bien no había matado a nadie, si había firmado sentencias de muerte y “no había tenido ningún inconveniente en “condenar al paseo”, a quien consideraba fascista.
• En 1934 trabajando en Gas Madrid y siendo ya miembro de la C.N.T. lideró una huelga revolucionaria en la fábrica, por la que fue despedido posteriormente.
• 21/06/1941. Consejo de Guerra en Madrid.
Se le condena a 30 años de reclusión mayor.
• 30/07/1941 Liquidación de condena. Le restan por cumplir 28 años,1 mes y diez días. Extingue condena el 27/08/1969.
• 23/11/1945. Solicita indulto desde el penal del monasterio de Cuelgamuros.
• 11/06/1946. Oficio del destacamento penal del monasterio de Cuelgamuros, notificando el indulto al penado.
Las profecías de los Papas del Arzobispo San Malaquías
José María de la Mata
Se han escrito muchos libros y miles de artículos sobre este asunto, pero cabe destacar, el de Juan Manuel Igartua, titulado “El enigma de la profecía de S. Malaquías sobre los papas” publicado por Ediciones Acervo en 1976. Tal vez sea el mejor libro para quien quiera profundizar en el documento y que analiza todo tanto globalmente el conjunto como los detalles más pequeños.
En 1595 se publica por primera vez el “Lignum Vitae, ornamentum et decus Eclesiae” por Arnoldo de Wion, el libro que consta de 780 páginas es una recopilación hecha por Wion, monje Benedictino, recogiendo todos los miembros de su orden que fueron relevantes y gloria de la Iglesia, el título en castellano sería “Árbol de la vida, gala y honor de la Iglesia”.
En el libro de Wion, encontramos a San Malaquías, en tres lugares distintos, el primero en el índice donde indica que era obispo y la página 307.
El segundo, en el que se puede leer lo siguiente “San Malaquías, irlandés, monje de Bangor y arzobispo de Armagh, habiendo presidido por unos años aquella sede, abdicó del arzobispado a causa de su humildad, hacia el año del Señor de 1137, y ocupando de la sede de Down, permaneció en ella hasta el final de su vida. Murió el año 1148, el día 2 de noviembre. Su vida fue escrita por san Bernardo.”
Y el tercero donde encontramos el documento del que estamos hablando, la profecía sobre los papas, que pudiera haber llegado a Wion manuscrito con un listado de lemas que se asignan a los papas futuros Al final de la lista se encuentra el siguiente texto “Los textos añadidos a los Pontífices, no son del mismo Malaquías, sino del Rev. padre fray Alfonso Chacón, de la Orden de Predicadores, intérprete de esta profecía.” Es decir que Wion encargó a un fraile que descifrara y emparejara los lemas con los papas hasta la fecha de la publicación, además introdujo una interpretación de los lemas.
¿Qué tiene de especial este listado de lemas? Por un lado la gran cantidad de aciertos en la interpretación de los lemas, mientras en algunos los lemas podrían ser aplicados a cualquier papa, en otros la coincidencia con su procedencia, escudo, trayectoria histórica o cuestiones personales son sin duda sorprendentes, la probabilidad de acierto habiendo realizado el listado “al azar” sería prácticamente imposible y más cuando descubrimos en el listado que el número de aciertos es muy alto, algunos lemas muy farragosos son sin duda para estudio y tal vez significaron algo para los papas a los que correspondieron, pero es algo que nunca podremos saber.
Por otro lado, lo más especial es que tiene una estructura que llega hasta lo que denomina en el lema de conclusión como “Finis” o final, se refiere sin duda al final de los papas, y el final del papado coincide con la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo, cuando la iglesia llegue a su perfección en la gloria del cielo (Lumen gentium 48), en ese momento ya no serán necesarios los papas dirigiendo la iglesia, Cristo mismo estará al frente de ella.
El listado de San Malaquías tiene un valor histórico y un valor profético, demasiado audaz para ser falso y curiosamente la Iglesia jamás se ha pronunciado sobre este documento, nunca fue rechazado por la Iglesia, ni prohibido, “silencio” es lo que ha habido, aunque ha sido ampliamente reproducido y ha estado en manos de la mayoría de los papas.
El documento tiene 5 páginas y 113 lemas, aunque comúnmente se comete el error de decir que son 112, para dejar zanjado cuanto antes este asunto se puede ver en la fotografía de la página 5 que el último lema tiene su párrafo aparte y no depende del anterior 112 In psecutione extrema… con lo cual el 113 corresponde a Petrus Romanus… y como lemas distintos se tienen que tratar, corresponden por tanto a dos papas distintos.
San Malaquías tuvo que escribir la profecía antes de 1137 (fecha probable de su muerte), por tanto, es lógico que el primer lema corresponda a Celestino II (1143-44) con lo cual el listado de lemas comenzaba después de su muerte. Wion publica su libro en 1595 y en él, podemos ver, que junto a los lemas aparece el nombre del papa y una descripción, esto ocurre hasta el lema 77 si bien los tres últimos no tienen descripción del lema. El último lema que figura con nombre de papa corresponde a Clemente VIII (1592-1605), se ve claro que, a la fecha de publicación de la lista, Clemente era el papa reinante.
A partir del 78 y hasta el final solo aparecen los lemas.
Curiosidades de una profecía, llevo años estudiando el documento y casi todo lo que se ha escrito sobre él y ningún investigador hace mención de los números que aparecen en el lema 96 Peregrin apostolic, que corresponde a Pío VI son en realidad parte del año de su muerte, no parecen introducidos como si fuesen una nota al pie u otro signo de puntuación, sino más bien un medio para saber si la correspondencia de la lista en el futuro correspondería a los papas una especie de punto de control, en el texto aparecen dos nueves, lo transcribo tal cual fue publicado “Peregrin⁹ apostolic⁹”, solo resta decir que Pio VI murió en 1799.
Otra curiosidad matemática se da en el lema 73 “Axis in meditate signi” que corresponde a Sixto V (1585-1590), el lema se traduce por “eje en la mitad del signo”, lo que puede simbolizar la mitad de la lista, desde el comienzo de la lista hasta la mitad de su pontificado 1.587 transcurren 444 años, si sumamos 444 años a 1.587 llegamos a 2.031, quingentésimo aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe y segundo milenio de Jesucristo.
Los últimos lemas
107 Pastor et nauta corresponde a Juan XXIII (Pastor y navegante)
108 Flos florum corresponde a Pablo VI (Flor de las flores)
109 De meditate lunae corresponde a Juan Pablo I (De la mitad de la luna)
110 De labore solis, corresponde a Juan Pablo II (Del trabajo del sol)
111 Gloria olivae, corresponde a Benedicto XVI (La gloria del olivo)
Aquí quiero hacer un paréntesis, pues es justo en el momento en el que nos encontramos, el papa Benedicto está vivo, y para elegir sucesor en la lista nos enfrentamos a dos posibilidades, primera: que Benedicto muriese antes que Bergoglio con lo cual habría que contar a este último como el 112, segunda: que Bergoglio muriese antes que Benedicto, con lo cual no se contaría y pasaríamos directamente al siguiente, ¿tal vez podría ser consciente Benedicto de la importancia de esta lista y con su renuncia (tal vez forzada) alargar el tiempo que nos concede Dios para buscar su reino y el arrepentimiento personal? Es algo que tendrá que decir el propio Benedicto XVI, pudiera ser una forma de sujetar la llegada del anticristo y la precipitación de los últimos tiempos, al solaparse dos papados no se puede contar nada más que uno y la lista deberá seguir corriendo con el siguiente. Tal vez Benedicto es el Katejón que mantiene sujetas las fuerzas del infierno.
112 In psecutione. Extrema S.R.E. sedebit (En la última persecución de la Santa Iglesia Romana)
Con toda seguridad se refiere a la persecución final del Anticristo a la Santa Iglesia. Es un tiempo de tormenta para la Iglesia, casi hasta su total aniquilación.
113 Petrus Romanus, qui pascet oues in multis tibulationibus: quibus transactis ciuitas septicollis diruetur, & Iudex tremĕdus iudicabit populum suum. Finis. (Pedro Romano, que regirá sus ovejas en medio de muchas tribulaciones: pasadas las cuales la ciudad de las siete colinas será destruida, y el Juez tremendo juzgará a su pueblo).
Parece que el nombre de este papa será de nombre Pedro, su reinado será turbulento, la ciudad del Vaticano y Roma serán destruidas, y tras esto llegará el juicio final.
Si San Malaquías no se equivocó, estamos entrando en las setenta semanas de Daniel (en lo cual no quiero tratar ahora, pues daría para otro extenso artículo), y en los próximos años vamos a contemplar importantes acontecimientos, la abominación desoladora, la llegada del Anticristo y su falso profeta, la persecución despiadada de la Iglesia Católica, la gran tribulación, los tres días de oscuridad, Enoc y Elías, la conversión del pueblo judío, la marca de la bestia, la batalla de Armagedón, la guerra total… y al final la Parusia.
Nuestra generación tiene asientos de primera fila, la mayoría incluidos muchos católicos, cogerán un paquete de palomitas para contemplar el gran espectáculo del fin de los tiempos, pensando que pueden mantenerse al margen, los verdaderos católicos tendrán ya en sus manos un rosario.
La Santísima Virgen María lleva años llamando nuestra atención de lo que viene en muchas apariciones, La Salette, Lourdes, Fátima, Aikita, Garabandal y Medjugorje, cuando todo se haya desatado, llegará la hora de Dios, tal vez con los avisos y milagros, para que el hombre se arrepienta, pero llegará también el castigo para los que no renueven su vida y tengan una sincera conversión. En la Salette, la Virgen les dice a los niños Melania y Maximino: “Dios golpeará de una manera sin precedentes”
El padre Juan Echevarría, apóstol de la palabra

El P. Juan Echevarría nace en la villa vizcaína de Meñaca, el 10 de noviembre de 1886. Vasco por los cuatro costados, hereda también un profundo sentido cristiano.
Su hermano Tomás pocos años mayor que él, ha ingresado en la Congregación claretiana, en la que llegará a brillar, como figura destacada, como misionero y escritor. Juan, a los trece años, sigue sus pasos. Cursa con excelente aprovechamiento sus años de formación sacerdotal en los Colegios de Valmaseda, Segovia, Cervera, Santo Domingo de la Calzada y Aranda de Duero.
Inicia su vida pastoral y misionera en Segovia como profesor del colegio postulantado, destacando por su influjo orientador, su gran talento y buen gusto, centrados, sobre todo, en la enseñanza de la literatura y de la oratoria. Pronto, liberado de sus clases, empleará sus magníficas dotes en la tarea de predicador, primero en Segovia y después en Tolosa y Calahorra. Completa esta tarea desde muy pronto con la de escritor, manteniendo una asidua colaboración en las páginas de “El Iris de Paz”.Es lo que le llevará a ser destinado a la casa de Buen Suceso en Madrid. Aquí se encuentra ya en 1921, y residirá hasta su muerte en 1936.
Son años de madurez tanto en su faceta de orador sagrado como de escritor. Publica, entre otros escritos, dos libros: “Horas del corazón” y “Recuerdos del Beato P. Claret”, que alcanzaron varias ediciones. Su carácter alegre y expansivo le facilitó el gozar de amplias simpatías y amistades en la vida social.
En 1934, el P. Felipe Maroto, Superior General, en su visita a la casa de Madrid, resumía con acierto sus impresiones sobre el P. Juan: “Edad 44 años, robusto de fuerzas, brillantes dotes de inteligencia, predicador de nombradía, escritor competente, productivo y galano”
El 18 de julio de 1936, el P Juan Echevarría se encuentra en Zafra, donde ha ido a predicar la novena de la Virgen del Carmen. La muerte de Calvo Sotelo, con cuya familia mantenía estrecha amistad, le impresionó enormemente a pesar de su optimismo, que le permitió predicar todavía el domingo 19. Ese mismo día cerraron la iglesia. Al día siguiente un grupo de milicianos s presentó en la casa donde residía: Intervino el alcalde, amigo de la casa, y logro que le permitieran marchar a donde quisiera «menos a Sevilla». Vestido de seglar, tomó el tren hacia Madrid.
Aquí encontró hospedaje en la calle de Luisa Fernanda, pero la sospecha de unos milicianos hizo que le condujeran a la checa instalada en el edificio de Bellas Artes en Alcalá. Con la ayuda de uno de los milicianos logró escapar, dirigiéndose a Argüelles. Aquí buscó refugio en casa de Dña. Ramona Álvarez en la calle Marqués de Urquijo. En el semisótano de su casa quedó instalado, sin que se diera noticia de su presencia al P Juan Iruarrízaga, al H. Casimiro Oroz y a algunos más, refugiados en la misma casa. Durante un mes se mantuvo la situación hasta que se produjo la denuncia de una joven que vivía frente por frente. El día 10 de Octubre, un grupo de policías asaltaba la casa y se llevaba presos a todos los refugiados. El P. Juan fue llevado, primero a la cárcel de ventas y más tarde, a la de Díaz Porlier, donde compartirá su suerte con otros cuatro claretianos.
La cárcel se había improvisado en e] colegio de los PP Escolapios; hasta el 25 de noviembre funcionará fuera de toda legalidad. Por ella pasarán, con desigual suerte, otros muchos venidos desde la cárcel Modelo y otras. En número muy superior a la capacidad del inmueble en condiciones de inmundicia, de miseria, de hambre, bajo un trato duro y desconsiderado por parte de los carceleros, acompañados de una total inseguridad y de la constante desaparición de personas a consecuencia de las misteriosas «sacas» o «paseos», así fue el ambiente en que vivieron hasta el final.
En contraste, sabemos que el clima espiritual, basado en la conciencia del muy posible próximo martirio, en la oración frecuente y en la celebración a escondidas de la Eucaristía. era muy elevado y ayudaba a unos a sostenerse con el testimonio de los demás. En noviembre, con la voluntad no disimulada de reducir drásticamente el número de presos. se recrudece el sistema de «sacas» nocturnas. La responsabilidad de las mismas parece fue compartida por muchos grupos, incluidos el propio Gobierno. El hecho real fueron las famosas ejecuciones en masa ante las fosas del cementerio de Paracuellos.
En una de esas «sacas», la del 24 de noviembre de 1936, formada por un total de doscientos cincuenta y dos, fueron llevados, fusilados y enterrados en fosas comunes cinco de nuestros mártires del Santuario: los PP. Juan Echevarría, Juan Iruarrizaga, Juan Manuel Fernández, José Joaquín Portero y el H.Casimiro Oroz. Una sencilla lápida recuerda sus nombres y su gesta en el lugar del martirio.