Todos asistimos el pasado 24 de abril a un esperpento periodístico sin precedentes, comenzaban las “exhumaciones en el valle de los Caídos “. Todas las televisiones, no sólo “las de siempre”, enviaron sus equipos móviles a las puertas del recinto y abrieron sus telediarios con la noticia de lo que para ellos suponía un “hecho histórico”. NO ES CIERTO.

Existe un temerario auto del año 2016, de un juez por entonces interino en un juzgado de San Lorenzo de El Escorial, que otorgaba a una familia de Zaragoza, el derecho a la exhumación de los restos de dos hermanos anarquistas, presuntamente inhumados en los osarios del Valle de los Caídos en 1959.

Los dos hermanos, Manuel y Antonio Ramiro Lapeña Altabás, fueron (también presuntamente), fusilados por las autoridades, uno en julio de 1936 en el denominado “Barranco de la Bartolina”, a las afueras de Calatayud, mientras que su hermano, al parecer corrió la misma suerte en el cementerio de la misma localidad, en octubre de ese mismo año a más de 4 kilómetros de distancia del primero.

El 4 de abril de 1959, ingresan en el valle 81 restos de personas desconocidas en el Valle de los Caídos, entre los cuales presumen, tanto la familia peticionaria como el juez del Escorial, se encuentran los restos de los hermanos citados.

Esto es altamente improbable, ya que se nos hace extraordinariamente complicado suponer, que dos personas fusiladas y enterradas a mas de 4 kilómetros de distancia el uno del otro y con mas de tres meses de diferencia, consigan llegar juntos 20 años después, en la misma caja al Valle de los Caídos. Pero es que aún hay más, en el año 2000, se produjo un movimiento de más de 200.000 metros cúbicos de tierra, por parte del ayuntamiento de Calatayud, volumen de tierra que se utilizó

para el sellado del vertedero municipal de ese municipio aragonés. Se ha sabido, que ese movimiento se pudo llevar consigo los restos de hasta 2700 personas allí enterradas en los primeros meses de la contienda. ¿No pudieran estar los restos buscados entre esos 2700 que desde luego irregularmente se llevó consigo el movimiento de tierras?, ¿por qué empeñarse en buscarlos en el Valle cuando la misma familia peticionaria expresa sus dudas de su permanencia en los osarios de esa Basílica Pontificia?

En cualquier caso, y para finalizar, queremos dejar claro con rotundidad, que ni el pasado 23 de abril ni en días posteriores, hubo exhumación alguna de restos en el Valle de los Caídos, ya que lo único que se produjo ese día, fue la peritación técnica del estado estructural del osario en cuestión por parte de técnicos cualificados de un organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Cuando lo técnicos evacuen su informe, la batalla será jurídica, puesto que para iniciar los restos de búsqueda de dos republicanos que NO están en el Valle, se tendrá que tener en cuenta los derechos (y esto lo especifica muy claramente el auto del juez del Escorial) de las familias de TODOS los demás caídos que está documentado que SI que reposan en el mismo osario, y son más de 2300. La Asociación Para la Defensa del Valle de los Caídos representa legalmente a ya casi dos centenares de ellos.

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