El 17 de marzo de 1966 se inauguró en Santa Cruz de Tenerife el conjunto escultórico, autoría de Juan de Ávalos, titulado El Ángel de la Paz o Monumento a la Paz, como así consta en la relación de obras del universal escultor, documentos que guarda la Fundación Juan de Ávalos, que preside su hijo. La obra se llevó a cabo gracias la suscripción popular a la que respondieron 90 mil canarios de las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, con aportaciones en su mayor parte de entre 1 y 5 pesetas. Aquellos abuelos y padres de los isleños de hoy.

 

Desde entonces, el impresionante Monumento a la Paz “convivió” con la ciudadanía en absoluta armonía. Curiosamente, no figura ninguna placa con nombre específico que otorgue título a la obra, y popularmente se le ha llamado Monumento del Ángel. Hasta que, con la aprobación de la deplorable mal llamada Ley de Memoria Histórica de José Luis Rodríguez Zapatero de 2007, amparados en ella, surgieron las primeras voces clamando por la retirada (cuando no derribo) de la santacrucera obra de Ávalos, arguyendo que la misma reúne las condiciones para ello. En los últimos años, durante el Gobierno municipal de Coalición Canaria con PP, ha incidido la oposición de PSOE y Podemos en la intención de la retirada, al manos, del monumento.

 

En este proceso se ha destacado la vehemente actuación de la presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Tenerife la socialista Mercedes Pérez Schwartz, subvencionada, al menos, por la Consejería de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias con 15.900 euros en 2020.

 

Sin embargo, las razones por las cuales el Monumento a La Paz debe mantenerse donde siempre ha estado ubicado son rotundas. En informe de fecha 31 de mayo de 2018, la Fundación Centro Internacional para la  Patrimonio ( CICOP, a petición del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a través de la Concejalía de Cultura, afirmaba: «Desde el punto de vista urbano la ubicación de esta obra constituye una solución en equilibrio con el espacio que ocupa, haciendo de distribuidor de unas de la vías más importantes de la ciudad como son la Rambla de Santa Cruz y la Avenida Francisco La Roche, adquiriendo la “cuenca visual” de la obra unas señas de identidad que a lo largo de los años la ciudadanía ha identificado como suyas dejando al margen la carga ideológica que tuvo en otra época y adoptando expresiones sociales y valores culturales acordes con el conocimiento y las expresiones sociales de una democracia del siglo XXI.» En el informe hace la siguiente consideración sobre la percepción sociológica del monumento: «Los lugares de la ciudadanía son las calles, las plazas y los espacios que crean y expresan el nivel de libertad e igualdad adquiridos a lo largo de los años. Las calles y los espacios públicos proporcionan no solo un recorrido sino un escenario, y este conjunto escultórico de Ávalos forma parte del paisaje adquirido adoptándolo la sociedad en su mayoría como referencia icónica en el paisaje. El conjunto escultórico es motivo de diferentes interpretaciones por parte de los ciudadanos, pero en el espacio público se expresan valores y formas de ser de las personas, elementos de identidad y pautas que permiten la vida en común incluyendo los conflictos. Por eso este conjunto es un indicador de un proceso de democratización de la ciudad, con sus avances y retrocesos, con sus contradicciones, porque hay vida, expresión social, valores culturales que la ciudadanía ha ido haciendo suyos atribuyéndoles valores significativos que muchas veces no se encuentran en catálogos y inventarios.» 

Recientemente, la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel emitió un  comunicado de prensa en el que se resumen las razones legales por las que el conjunto escultórico El Ángel de la Paz o Monumento a la Paz está protegido por la misma Ley de Memoria Histórica, que reproduzco textualmente:

 

El referido conjunto escultórico está protegido por la propia Ley de Memoria Histórica en su punto 15.2 que afirma que la Ley no es aplicable: «cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».

 

2º Que es el caso, como concluye el informe de 2018 de la Real Academia de Bellas Artes de Canarias de San Miguel Arcángel: «Poseer una obra de la categoría artística de la de Juan de Ávalos, Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1974) y de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes (1880) y Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica, honra sin duda el patrimonio artístico de Santa Cruz de Tenerife».

 

Asimismo, en 2019 la Real Academia Canaria de Bellas Artes, dado el alto valor artístico del conjunto escultórico y reconocimiento mundial de su autor, solicitó al Cabildo de Tenerife que declarase el mismo Bien de Interés Cultural.

 

3º Como ratifica también la Fundación CICOP (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio) en su informe de fecha 31 de mayo de 2018: «Los valores artísticos del conjunto escultórico son incuestionables, en coincidencia con la opinión que sobre esta obra hizo la Real Academia de Bellas Artes San Miguel Arcángel». «Para la Fundación CICOP, este conjunto arquitectónico constituye uno de los ejemplos en donde el pasado convive con el presente y el futuro».

 

Concluyendo:

 

«Considerando algunos aspectos de La Ley de la Memoria Histórica, la Fundación CICOP analizados los aspectos expuestos en el prediagnóstico y diagnóstico anteriores considera:

 

1.- Que el conjunto escultórico de Juan de Avalos tiene los suficientes valores artísticos para ser preservado.

 

2.- Que el equilibrio urbano del espacio donde está ubicado, tal y como se describe en el estudio Geométrico-formal ha venido adquiriendo unas señas de identidad que a lo largo de los años la ciudadanía ha identificado como suyas dejando al margen la carga ideológica que tuvo en otra época y adoptando expresiones sociales y valores culturales acordes con el conocimiento y las expresiones sociales de una democracia del siglo XXI».

 

En junio de 2018, la Real Academia Canaria de Bellas Artes, solicitó al Cabildo de Tenerife la incoación de expediente para que el Monumento de Juan de Ávalos fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, protegido. Así como en febrero de 2020 lo solicitó al Cabildo la Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel, sin que hasta la fecha la Institución insular se haya pronunciado.

 

A todo lo anteriormente expuesto, debemos añadir que Asociación para la Investigación y Protección del Patrimonio Histórico San Miguel Arcángel ha tenido acceso a la tasación realizada por el doctor en Historia de Arte, ex subdirector del Museo del Prado, Javier Morales Vallejo, de la obra de Ávalos que alcanza un valor de 45 millones de euros. Sin duda, el Monumento a la Paz engrandece sobremanera el patrimonio escultórico de Santa Cruz de Tenerife, patrimonio de la ciudad y de la ciudadanía, herederos de la voluntad de sus abuelos. 

 

El atropello infame que constituye la Ley de Memoria Histórica del deplorable Zapatero, como estamos viendo, nos enfrenta a los españoles, que es lo que pretende la izquierda criminal, acompañada de la cínica e hipócrita progresía. Allí donde estemos, en la conversación con amigos, familiares o quienes fueren quien o quienes nos acompañen, ante las falacias contra España y su Historia debemos alzar la voz, debemos no callarnos. Allá con su conciencia aquel que calle mirando a otro lado evitando el debate, por miedo a lo que dirán.

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