Los judíos, a lo largo de la historia, han tenido un comportamiento poco ejemplar, com colectivo humano, lo que ha sido la principal causa de la exclusión, por parte de los diferentes pueblos donde se hallaban anquilosados; la generalización de este procedimiento, defensivo y de protección, en toda época y lugar, a lo largo del tiempo y el espacio, de estas medidas, profilácticas o terapéuticas, que conllevaban el antídoto del alejamiento de dichos grupos humanos a los que consideraban perniciosos, para evitar contaminaciones indeseadas, de los elementos integrantes de las comunidades hebreas, formadas, a tenor de la traumática decisión adoptada, por grupos humanos tóxicos, no asimilables; no han sido tales hechos excluyentes con carácter esporádicos o insólitos, sino práctica habitual que se empleaba, históricamente, como argumento de liberación, por parte de las más dispares poblaciones autóctonas, que se encontraban en la encrucijada de tomar, con beneplácito social, tan drástica medida, para tratar de evitar y proteger, a sus naturales, de males mayores.

Recientemente, se ha publicado la lista completa de la expulsión de los judíos en todos los tiempos, con referencia documentada, que, según los resultados provisionales, ascienden a la abultada cifra de 1.030 ocasiones o episodios, desde el año mil doscientos anterior a la era cristiana hasta nuestros días, lo que nos lleva a la siguiente y obligada reflexión: si la mayor parte de los pueblos de la tierra, con sus correspondientes y multicolores culturas y civilizaciones, específicas y bien diferenciadas, han tenido que aplicar, en algún momento, contra los judíos, estas medidas de autoprotección y salvaguarda para ellas, librándose de los que consideraban elementos patógenos, hasta convertir este alivio como una constante en el devenir de la humanidad, de forma casi unánime, la duda salta de modo espontáneo a la palestra: ¿Todos los pueblos y civilizaciones, que nos han precedido, estaban realmente equivocados o, por el contrario, eran los judíos quienes, por sus pompas y sus obras, por sus comportamientos y manejos, se hacían merecedores de semejantes terapias?

Sobre la tipificación, comportamiento y perfil de los judíos, se ciernen tanto innumerables tópicos, como irrefutables evidencias, algunas exageraciones y también verdades incuestionables, que deben ser tomadas con ponderación y mesura, pero sin complejos temáticos, ni amilanamiento, es decir, con suma equidad, sin odio y en conciencia, y sobre todo, tratando de tener y mantener opiniones contrastadas de cualquier afirmación al respecto, bien por la percepción personal que reflejen sus actitudes o bien por el análisis desapasionado que nos induzca a formar nuestro recto y propio criterio, con libre albedrío.

De los judíos se ha señalado, con las advertencias y matices precedentes, y ello no es novedad para nadie ni se descubre ningún secreto que no haya sido ya revelado en la literatura temática existente, como rasgos negativos, su codicia por amasar riquezas, la usura, la conducta taimada, la inclinación a la traición para la obtención de beneficios insaciables propios, la falta de piedad con el prójimo, el espíritu gregario, el apremio insensible ante los estados de necesidad de los oprimidos y agobiados por deudas, el aspecto exterior arquetípico y propio, la doblez y simulación, la ayuda prestada para que se consumara la invasión musulmana contra la España cristiana y visigoda, la inclinación a la sodomía y la lascivia, las acusaciones de deicidio, la mentira y el engaño -en genérico- como armas eficaces, la perfidia congénita, la división de la humanidad en dos grupos establecidos por ellos como antagónicos: los judíos y los “goyin”, término este último despectivo y denigrante para el resto de los seres humanos; el sentido racista y xenófobo con los demás, los adoradores del “becerro de oro”, los principales detentadores de las finanzas internacionales y de la banca cosmopolita, los que ejercen el monopolio de la industria cinematográfica; los controladores de las principales agencias de comunicación y noticias; los que tienen la hegemonía de sectores sensibles de la economía de los pueblos, tales como las materias primas, el agua mineral, las fuentes de energía, el comercio del vino y los licores, la informática o la industria farmacéutica; el tráfico de armas; la criminal implantación en Palestina y el terrorismo de Estado que ejercen contra el pueblo palestino, víctima propiciatoria de un horrendo genocidio, holocausto programado por el Estado Sionista; los mentores y promotores tanto del capitalismo, como del comunismo, estando sus tribus a la cabeza de ambas tendencias; los detentadores del control político sobre los dirigentes de los Estados Unidos de América, como buque insignia de su estrategia mundialista y global, en definitiva, la ambición por el dominio mundial… Se podrá estar de acuerdo o no con estas querencias que le son atribuidas, pero lo que no se puede discutir es que se les han etiquetado de tal guisa.

En España, los sionistas tienen instalado su chiringuito, como sucede en tantos países del orbe, mediante grupos de presión o “lobbies” de alto nivel, formados por “sicarios” políticos dóciles y asalariados, por medios de los cuales tratan de interferir, actuando en la penumbra y en la opacidad, tanto en la política como la economía de sus respectivos países satélites, para su exclusivo interés y servicio doméstico, formando entre ellos redes invisibles y operativas de poder.

En esta urdimbre, tejida por los sionistas en la Península Ibérica, se encuentra situado, en las posiciones de cabeza, el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, quien, a mediados del año 2010, fue el promotor de la “iniciativa” para crear, con sede en Madrid y un presupuesto inicial de un millón de dólares, los “Amigos de Israel” – Friends of Israel Iniciative- (FOII), financiado por Hasbará y el Departamento de Propaganda de Israel, que es uno de los poderosos tentáculos de la quinta columna del sionismo en España, al englobar a los elementos más conspicuos de la derecha liberal, con una sumisión canina al Estado sionista de Israel en sus pretensiones, que actúan como auténtica correa de transmisión de sus añagazas.

Lo primero que llama la atención, en la constitución y puesta en marcha de tan aparentemente inicua iniciativa de los “Amigos de Israel”, es la composición de sus miembros originales, que forman parte del equipo rector, con Aznar, en la presidencia de la entidad, según se puede leer en el Boletín Oficial del Estado no 17951, del año 2010: El vicepresidente del Patronato de la referida Fundación es Carlos Bustelo, ex ministro de Justicia, arropados ambos, Aznar y Bustelo, por el vicepresidente de la entidad, Enrique Gonzalo Navarro Gil, un experto en material armamentístico, y por el secretario del patronato y director ejecutivo, que no es otro que Rafael Luis Bardají, director de política internacional de FAES, otro experto en armamento, en la actualidad ideólogo y hombre fuerte en la sombra del ahora emergente partido político Vox, quien, el 6 de febrero de 2011, participaba en la Conferencia Herzliya y el 17 de mayo pronunciaba un discurso en la Conferencia Internacional Greg Rosshandler, órgano de la Universidad Bar-Llan, Ramat Gan, de Israel, sobre el tema “Por qué un ataque a Israel es un ataque a occidente”, mientras se mostraba como un defensor a ultranza de los terroríficos bombardeos de ordenados por el presidente norteamericano Trump contra Siria, siguiendo el guión y las instrucciones marcadas por los sionista.

Como remate, el vocal de la iniciativa de los Amigos de Israel, no es otro, sorprendentemente, que Pablo Casado, quien se había afiliado, en el año 2000, a las Nuevas Generaciones del Partido Popular, en Madrid, y que acaba de ser elegido, este mismo año, presidente del Partido Popular. Pablo Casado, en su rodaje de adiestramiento para amoldarse al engranaje sionista, ha acudido a determinados actos de la AIPAC – American Israel Public Affairs Committee-.

Se da también la curiosa circunstancia, no casual, que el fundador y primer presidente del Partido político Vox, hoy en el candelero, fue Alejo Vidal Quadras, antiguo eurodiputado del Partido Popular, con ataduras judaicas por partida doble: por su pertenencia a la Iniciativa de los Amigos de Israel, apadrinados por Aznar, y por ser miembro activo también de los Amigos Europeos por Israel o “European Friends of Israel” –EFI-, el lobby sionista más influyente de la Unión Europea. Sin género de dudas es el más vigoroso Lobby de Bruselas, con un respaldo de mil políticos, captados por Israel, entre los parlamentarios europeos y nacionales, a cuya cabeza se encuentra el diputado polaco Marek Siwiec. La escalada de José María Aznar, presidente de la Fundación Amigos de Israel y miembro de la organización judía “Israel Hasbará Commitee”, en su ascensión meteórica, en estos andurriales sionistas, desde el año 2010, ha sido vertiginosa. En el año 2010, fecha del despegue, declaraba Aznar en el periódico “The Times”, en tono apocalíptico, lo siguiente: “Si Israel se hunde, nos hundimos todos”. Su compromiso y defensa de Israel es patológica, siendo uno de los objetivos de este lobby sionista la consideración de sus fanáticos miembros, que consideran y repiten como un mantra que “Israel como nación es, no solo para los judíos, sino para toda la civilización occidental”. En ese mismo año 2010, la Comunidad Judía de España otorgaba al judaizado ex presidente del Gobierno español, Aznar, el premio “Or Janucá”, como reconocimiento a su firme defensa del pueblo judío y del Estado de Israel, quien había presentado su proyecto o iniciativa –FOII-, con celeridad, el 19 de julio, en el Parlamento Británico, y seguidamente, el día 1 de septiembre, en Jerusalén, en el salón Blaustein, en el centro Beit Shamuel, durante un almuerzo ofrecido por la Junta de Gobierno del Congreso Judío Mundial y, dos semanas después, en el Congreso de los Estados Unidos, el 15 de septiembre, con cena incluida en Washington D.C., en el Hotel Ritz-Carlton, de Georgetown, donde actuó como maestro de ceremonia el portavoz de AIPAC -American Israel Public Affairs Committee-, Josh Block. El 21 de octubre, habló el ex presidente Aznar en la cena organizada por la Organización de soldados israelíes en Londres, acto que tuvo lugar en la sinagoga de St. John’s Wood. Antes de finalizar aquel año, Aznar recibía el premio “Shalom”, de la Paz, que otorga el Fondo Nacional Judío de los Estados Unidos, por los esfuerzos realizados en nombre del Estado de Israel. El lema adoptado para sus campañas era inequívoco: “Stand for Israel, stand for the West”.

El 10 de enero de 2011, Aznar presentaba la Iniciativa Amigos de Israel en México, siendo recibido durante su visita por el presidente del país, Felipe Calderón; el 16 de febrero interviene como orador en la gala WIZO, de la Organización Internacional de Mujeres Sionistas, y, el 3 de abril, dirigía la palabra a los asistentes en la Cena anual de Liderazgo, de Nueva Inglaterra, órgano y cónclave de los judíos; una semana después, el 10 de abril, recibía el premio Emet de Camara, en la ciudad de Nueva York; durante el mes siguiente, el 24 de mayo, pronunciaba una conferencia en el AIPAC -American Israel Public Affairs Committee-, en Washington y en el mes de julio era recibido, en su condición de Presidente de los Amigos de Israel, por el presidente judío Simón Pérez, en Beit Hanassi, en Jerusalén. Todo un empedernido maratón.

El 2 de abril de 2013, Aznar pronunciaba otro de sus discursos en el templo Emanu-El, de Palm Beach, sobre el tema “Luchando por Israel: mi segunda carrera”, organizado por la sinagoga. Cuando el 7 de noviembre de 2013, se celebró en Madrid el encuentro bianual de líderes judíos, la “International Leadership Reunión”, bajo los auspicios de la fundación Keren Hayesod, con la colaboración de las Federaciones Judías de Norteamérica, entre los que se encontraba el “rey” del juego Sheldon Adelson, fue José María Aznar el encargado de pronunciar un discurso a los dirigentes hebreos, que fueron recibidos, con toda reverencia, ceremonia y honores, por su mujer, Ana Botella, como alcaldesa de la capital madrileña, y recibidos, con la mejor de las sonrisas farisaicas, por el ministro de Justicia español, Alberto Ruiz Gallardón. En unas declaraciones de Aznar a Keren Hayesod, revelaba que “en 1995, cuando salí corriendo para ser primer Ministro, visité a Isaac Rabin, en Jerusalén, unos meses antes de ser asesinado”.

Desde la constitución de la Fundación Amigos de Israel, José María Aznar ha estado en permanente campaña de incesante activismo a favor de Israel, como el mismo reconocía a Keren Hayesod, el 6 de noviembre de 2013: “ (…) hace tres años llamé a unos amigos(…) para establecer un grupo de alto nivel dedicado a luchar contra el coro creciente que quiere oírlos y deslegitimar a Israel (…) Al defender a Israel estamos defendiendo a Occidente, nuestros modos de vida, nuestros valores. En pocas palabras, debemos defender a Israel, si queremos preservar a Occidente como lo conocemos (…). La seguridad de Israel es nuestra seguridad. La herencia de Israel, es nuestra herencia. Y las amenazas que se ciernen sobre Israel nos ponen en peligro a todos (…) Defender a Israel es como defenderse a sí mismo”.

En el año 2014,el pro-sionista Aznar presentaba en la Cámara de los Comunes, de Londres, el informe relativo “Al valor estratégico de Israel para la Unión Europea” y, al año siguiente, sería premiado en la quinta Gala Anual del Premio internacional de Campeones de los Valores Judíos, por defender a Israel en el mundo, afirmando, entre lo ridículo y lo patético, en sus palabras de agradecimiento, que, “No es Israel la anormalidad. Somos nosotros, los líderes y el pueblo occidentales, exigiendo cosas anormales a Israel (…). Israel está hoy a la vanguardia de una lucha de civilizaciones, entre personas civilizadas y bárbaros (…). Israel no es nuestro pasado, es nuestro tema de lucha presente y nuestro futuro, si queremos sobresalir en el mundo”. Los datos y citas, en este sentido, formarían una abultada lista de servicios prestados por el ex presidente español, a una potencia extranjera. Para terminar, el año 2017, el 16 de octubre, intervino nuevamente con un reiterativo y comprometido discurso, en la visita que realizó a España la Federación Judía de Nueva York , terminando su intervención con un dramático, ”Si Israel cae, todos caemos”.

El pasado 1 de septiembre de 2018, el primer ministro de Canadá, Stephen J. Arpen, tomó el relevo y sustituyó en el cargo de Presidente de la Iniciativa Amigos de Israel –FOII-, a José María Aznar, que había venido desempeñando dicha función, ininterrumpidamente, desde la fundación de la entidad, en el año 2010.

Otro de los peones, a quien ciega la ambición y el desatino, en la órbita del sionismo, es Alberto Ruiz Gallardón, ex alcalde de Madrid, ex presidente de la Comunidad y ex ministro de Justicia del Gobierno Aznar. Además de pertenecer a la “Iniciativa” filo-semita de los Amigos de Israel, de su jefe de filas, su compromiso con el sionismo lo lleva en vena y está muy arraigado. Así, el 15 de abril de 2007, desempeñando su labor de alcalde de la capital de España, en unión del entonces embajador de Israel, Víctor Harel, y el presidente de la Comunidad Judía, Jacobo Israel Garzón, inauguraba un monumento en memoria de las víctimas del “holocausto”, erigido por su iniciativa; el 11 de febrero de 2009, se reunía en Jerusalén, con el presidente Simón Pérez y pronunciaba un discurso laudatorio hacia los judíos, en el acto de la entrega de los premios Samuel Toledano, con el que fue reconocido y “agraciado”, presentándose ante el auditorio como “amigo del pueblo judío”; el 27 de julio, se llevó a cabo la cesión de la sede de la Casa Sefarad-Israel, instalada onerosamente en el palacio de Cañete, situado en la Calle Mayor no 69, de Madrid, y cedida a los judíos, una cuestión en la que tanto empeño puso Ruiz Gallardón, donde, meses más tarde, en la Casa Sefarad-Israel, el 17 de septiembre, celebró en sus dependencias el año nuevo judío, con él como invitado de honor. El día 30 de abril, de 2012, la Universidad sionista de Haifa (Israel), le investía como Doctor Honoris Causa y, dos años más tarde, Ruiz Gallardón, como ser vanidoso, engolado y con una desmedida ambición, se pavonearía, el 19 de marzo de 2014, ante el poderoso y temible lobby judío americano, en Nueva York, el American Jewish Committee, a quienes presentó, con todo lujo de detalles, la reforma legal que había emprendido en España, para nacionalizar a los judíos sefardíes, como un derecho reconocido, pues para ellos el pasaporte español “significa seguridad y certeza”, con afirmaciones rotundas como, “no importa quién gobierne, España permanecerá leal a Israel”, expresadas rotundamente como un dogma fatídico, habiendo sido gratificado por la comunidad judía de España, en el año 2015, con el Premio “Or Janucá”, justificándolo, “en reconocimiento de su amistad con el pueblo judío y su papel fundamental en la nueva Ley para la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes”, descendientes de los elementos judíos expulsados por los Reyes Católicos, recompensa concedida por su felonía y desacato al Edicto de los Reyes Católicos, que, obedeciendo e interpretando la voluntad de su pueblo, procedieron, el 31 de marzo de 1492, a desalojar del territorio español a la comunidad judía, que se había granjeado la enemistad del pueblo español en su conjunto, por su pravedad y por sus odiosas y abominables costumbres, según relatan las crónicas. La Ley de marras, para la obtención de la nacionalidad española a los sefardíes sin raigambre con España, ni partícipes de su idiosincrasia, fue aprobada por el Congreso de los Diputados, el 11 de junio de 2015. Simón Peres, ex presidente y ex primer ministro de Israel, acudió a la ceremonia de la entrega de semejante trofeo “Or Janucá” con el que fue decorado, el renegado Ruiz Gallardón.

Entre los estrechos vínculos, que le unen a Ruiz Gallardón al sionismo, está la ocupación de la vicepresidencia de la Fundación Hispano Judía, que preside, en realidad, el magnate judío residente en España, David Hatchwell Altaras, de la que también forma parte Juan Luis Cebrián Echarri. En el Boletín Oficial del Estado, de fecha 12 de agosto de 2017, se publicaba la inscripción registral de dicha Fundación Hispano-Judía, que había sido constituida por Alberto Ruiz Gallardón y David Hatchwell, el pasado 11 de marzo de 2016, con domicilio social en la calle Jorge Juan número 30, 6o, de Madrid, donde figura “oficialmente” en la presidencia Ruiz Gallardón y el magnate judío como vicepresidente ejecutivo.

Dentro de las mujeres, encumbradas en la política española y sumisas a la política israelí, se encuentra Esperanza Aguirre, cuñada de la hija del magnate hebrero, Max Mazzin, quien fuera el primer presidente en España, de la alta masonería judaica “B’nai B’rith”. Esperanza Aguirre, visitaba, el 28 de junio de 2006, Israel, para rendir homenaje y sumarse al macabro ritual del “holocausto”, gesto obligatorio para aspirar al respaldo de los lobbies sionistas. Posteriormente, patrocinó en España y presidió, el 24 de enero de 2008, el acto institucional conmemorativo de los judíos que murieron en Alemania, que se repite anualmente, y, por su fascinación por el Nacional-Sionismo, también se hizo merecedora, en el año 2011, del premio “Or Janucá”, otorgado por la Comunidad Judía, cuando la protegida del sionismo Esperanza Aguirre, ejercía la presidencia de la Comunidad de Madrid, “por su amistad, colaboración y apego a los judíos”, la misma que con su fingido casticismo, declaraba en el semanario “Newsweek” la siguiente sentencia: “Soy la única española a favor de los judíos que te vas a encontrar”. También está Aguirre en posesión del premio Samuel Hadad, al mérito sionista, concedido a sus beneficiarios por el sionismo.

De origen judío, dentro del esquema sionista en el Partido Popular, es Andrea Levy Soler, vicesecretaria de Estudios y Programas, desde el año 2015, y miembro de la Dirección del partido, dirigido en la actualidad por el Amigo de Israel, Pablo Casado.

Con relación al camaleónico partido político Ciudadanos, su entronque con el Nacional-Sionismo les viene a través del grupo Bildelberg, en cuya última reunión anual del conocido como “gobierno en la sombra de la humanidad”, fue invitado e intervino, pronunciando unas palabras, en el mes de junio de 2018, su presidente Alberto Rivera, quien, precisamente ahora, está en contacto y ronroneando con el candidato a la alcaldía de Barcelona, el ex primer ministro francés, Manuel Valls, un entronque perfecto con los poderes fácticos del sionismo internacional.

Pro-Sionistas, sin exclusión, son los miembros de la cúpula del independentismo catalán, a cuya cabeza se sitúan el “honorable” Jorge Pujol, a quien le fue concedido por Israel el premio Samuel Hadas, que le fue entregado cuando estaba de embajador de Israel en España Alon Bar, y su sucesor en la cabeza de las huestes separatistas, Arturo Mas, que viajó a Israel en visita oficial para rendir admiración, identidad y vasallaje, así como toda la patulea de mediocres políticos secesionistas que les sucedieron a estos pioneros del crimen de lesa patria que intentan perpetrar con recalcitrante odio antiespañol.

El Nacional-Sionismo en España no es una fantasía, ni un mito y menos aún una utópica quimera, sino, por el contrario, una palpable realidad, que condiciona, solapadamente, nuestro presente y, si no se da la voz de alerta, España irá perdiendo su propia identidad soberana, para convertirse, a pasos agigantados, en un protectorado bajo el yugo judaico.

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